Vuelta a la rutina para el oso pardo cantábrico

Pasada la primavera, es hora de reponer fuerzas y volver a la rutina para el mayor de nuestros mamíferos.


  Oso pardo
Oso pardo

La primavera es una época de gran actividad y cambios para los osos. Las hembras paridas este invierno comienzan a sacar sus crías de las oseras para alimentarse y empezar a enseñarles a valerse por sí mismas.

Los machos marcan sus territorios y los recorren en busca de alguna hembra receptiva. El celo de la hembra de oso pardo es cada dos primaveras, por lo que el macho, si localiza a alguna hembra con crías, no dudará en intentar darles muerte para que su madre vuelva a entrar en celo ese mismo año. Del mismo modo atacará a cualquier otro macho que se atreva a entrar en su territorio.

  Oso pardo

Para las hembras acompañadas de crías de segundo año, es hora de forzarlas a emanciparse para entrar en celo, de modo que, terminada la primavera, es habitual ver a estos cachorros de año y medio deambulando por el monte en busca de alimento y de un territorio distinto donde comenzar una nueva vida.

  Oso pardo

Bien es cierto que no es este un mes en el que abunde mucho la comida, alimentándose fundamentalmente de hierba y alguna carroña, si la encuentran, mientras esperan ansiosos a que los cerezos den sus frutos.

Más tarde, hacia el mes de agosto, buscarán arándanos y escuernacabras hasta que el otoño les provea de suficientes avellanas, castañas y bellotas con las que acumular grasas para pasar el duro invierno.

Comparte este artículo

Publicidad