Contabilidad cinegética, ecológica y financiera

Cuando se termina la temporada de la menor, es una vieja costumbre hacer balance. Aunque actualmente los perfiles del cazador han cambiado, son muchos los que esperan la apertura de la veda de los cérvidos con la misma inquietud y alegría que se experimen


El balance es necesario, lo es a nivel personal porque el que un cazador se sienta satisfecho o decepcionado a final de temporada será un índice de la salud del terreno donde ha cazado. Y también es forzoso un análisis más profundo, hay que hacer una contabilidad, además de cinegética, ecológica y financiera. Porque, de los aprovechamientos forestales del monte, la caza es uno de ellos, a la vez que contribuye a conservar el equilibrio medioambiental.

Siempre hay que hacer un conteo de las piezas abatidas para comparar lo obtenido con lo esperado a partir de los censos de primavera y verano. Vemos pues que hay tres momentos en que se hace recuento. A partir de ellos se sacan conclusiones, como puede ser la definición del perfil venatorio del territorio en estudio y planificar las actuaciones de mejora. Muchos acotados que fueron de caza menor hoy lo son de caza mayor, manteniéndose en algunos la primera de modo residual.

Pero no son las especies cinegéticas las únicas que interesan. La biodiversidad es un bien más que deseable, y la caza lleva asociada a ella diversas especies, entre ellas los predadores, muchos de ellos protegidos precisamente para favorecer esa diversidad. Otros, en cambio, serán objeto de cinegética.

Y por último la caza, como aprovechamiento forestal, debe ser rentable en términos financieros. Por la cinegética las tierras privadas, de labor o que lo fueron, sirven para favorecer y conservar la fauna silvestre. Y en aquellos casos en que la ganadería y la agricultura han dejado de ser rentables, cazar será un gran recurso para el medio rural, además de una herramienta de conservación, y su regulación impide el furtivismo.

Muchos cotos constituidos como sociedades deportivas —por lo tanto sin ánimo de lucro— también acarrean beneficios para el entorno, ya que favorecen el turismo campero.

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