Campeón bajo sospecha

Ya saben lo ocurrido en Ribera del Fresno (Badajoz), en la final del XXXIX Campeonato de España de Caza Menor con Perro. El tetracampeón Francisco Fernández Sierra fue descalificado tras una denuncia de su juez de campo, que lo acusó de hacer trampas. Un escándalo sin precedentes.


He tenido la ocasión de hablar con el presidente de la Real Federación Española de Caza (RFEC), Andrés Gutiérrez, y con el propio Francisco Fernández Sierra. Y éstas son algunas impresiones sobre lo sucedido. Muy cerca del lugar donde se produjo la discusión de Sierra y su juez, Miguel Mate Carazo, se hallaron cuatro perdices muertas y parece muy probable, si no indiscutible, que ninguna de ellas procede del coto donde se celebraba la prueba. De esas perdices, dos llevaban muertas más de 20 horas, según la temperatura interna de los animales, tomada por los forenses veterinarios que le practicaron la autopsia. Además, esas mismas dos perdices tenían en el buche restos de pipas de girasol, una semilla que, al parecer, no hay en el coto. De las otras dos perdices, una tenía también restos de girasol y la otra, nada. Para tener una referencia, se tomaron muestras de 10 de las perdices abatidas por el resto de participantes y todas ellas, todas, tenían en el buche bellota y trigo. La primera conclusión es clara: las perdices no proceden del coto. ¿De dónde venían? Dos de ellas podrían ser las dos que Fernández Sierra había abatido en el terreno, ante la presencia de su juez de campo. Una de estas perdices, en cambio, según dijo el juez a la organización, había tenido un comportamiento extraño, más propio de los animales de granja que de los salvajes. Y, desde luego, una de ellas —la que almacenaba en su buche restos de pipas de girasol— no era del coto. ¿Y las otras dos perdices? Según el relato del juez, descalificó a Sierra porque se negó a mostrarle el contenido de su morral cuando advirtió que sacó un tercer pájaro, cuando hasta ese momento sólo había cobrado dos. Esto podría hacer suponer que Sierra las llevaba escondidas. ¿Pero qué dice el afectado? Francisco Fernández Sierra afirma que sólo llevaba dos perdices, pero se desvincula de las cuatro que se hallaron en el campo. Según aseguró en la conversación que mantuvimos el sábado por la noche, no reconoció como propia ante la organización ninguna de las piezas, por lo que no se le puede atribuir nada. El presidente de la RFEC, en cambio, asegura que Sierra dijo que había matado las dos cuya temperatura indicó, "a posteriori", que llevaban muertas más de 20 horas. En cuanto a la presencia de esas cuatro perdices ajenas al coto, Fernández Sierra indicó que tiene «buena información» de que en el mes de agosto se soltaron 400 perdices de repoblación en el coto donde se celebraba el campeonato. Eso podría explicar el comportamiento extraño de las que abatió, pero no, desde luego, que tuvieran alimentación distinta y temperatura distinta al resto. Sierra apunta que la zona donde se localizaron las perdices está muy cerca de la linde con un coto vecino, donde asegura que se caza todos los días y que de ahí podrían proceder los animales. En cuanto al tiempo que llevaban muertas, dijo que podrían haber llegado heridas un día anterior y haber muerto allí. Claro que habría que advertir que las dos perdices que llevaban más tiempo muertas aparecieron juntas. Toda una casualidad. Sierra mantiene que han querido perjudicarle, que hay muchas personas que le tienen envidia porque no soportan que haya ganado cuatro veces. Por eso, asegura, también le denunció su juez por amenazas. El protagonista con el que no he hablado ha sido con el juez, pero lo he intentado. Localicé a su madre, en su domicilio de Zamora, y lo único que me dijo, lógicamente, es que pone la mano en el fuego por su hijo, que es incapaz de mentir. La investigación de la RFEC determinará qué ha ocurrido. Sería deseable que se llegara hasta el fondo, sin temor a ninguna consecuencia. Y parece que así va a ser, según las palabras que me dijo Andrés Gutiérrez: «Ante estas cosas, no hay que callarse. Hay que denunciar lo que ha pasado. No debemos tapar nada de esto». Me parece perfecto.
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