La Blaqui (y II)
Antonio, con esa sabidurÃa adquirida después de tantos años detrás de los pájaros en la sierra, siempre en la sierra, me leyó el pensamiento: "Asómate a ese tajo, que de ahà abajo siempre se arranca alguna".
Claro que luego, cuando escuchó el disparo, pensó que el jodido niño se estaba quedando con él: "Antonio, si no fuera porque ha seguido volando hasta que la he perdido de vista, dirÃa que va tocada". "Este puñetero chiquillo -debió de pensar él- me quiere tomar el pelo". Y no le faltaban motivos, porque llevábamos toda la mañana pateándonos el campo sin haber visto ni pelo ni pluma. Sacamos el bocadillo y yo seguÃa convenciéndolo de que, como él me advirtió, una perdiz se arrancó desde el pie del tajo, muy larga, que la tiré al tuntún y que hizo un raro escorzo en el aire, como dándose media vuelta, para seguir volando y perderse abajo, entre los olivos. Que sÃ, que no, que la madre que te parió niño, que no te burles de mÃ... "Oye, ¿y la perra? ¿Dónde se ha metido la Blaqui?".
Admito que el final de la historia es el previsible, pero no me resisto a contarla. Me volvà a asomar al tajo y vi un puntillo negro moverse entre los olivos. Premio: la perra. ¿Y qué traÃa en la boca? Premio: el pájaro.
Realmente fue aquel dÃa cuando la perra se quitó la etiqueta de El Corte Inglés. Y desde entonces no paró... de parar, se entiende. Lo más curioso, por extraordinario, cuando aquella mañana de octubre paró una liebre en el pie de un olivo en Bobadilla. Paco, Ignacio y yo viéndolas a las dos, a la perra y a la liebre, que no se atrevÃa a saltar porque nos veÃa con sus ojos saltones demasiado cerca de ella. El animal no debió de percatarse de que detrás estaba la Blaqui y la dejó acercarse tanto que la cogió viva con la boca.
Asà llegamos a la frÃa tarde de enero en la que mi padre la halló muerta en la perrera. Y aquà terminaré de contarles historias de la perra, que me ha venido a la mente en estos dÃas de vÃsperas. Al fin y al cabo, seguro que ustedes tienen anécdotas y perros mucho mejores. Me encantarÃa conocer esas historias.

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