Ecotontología

Por más que me empeño, y puedo asegurar, créanme, que lo hago, no encuentro argumentos para seguir manteniendo certidumbre en el venidero panorama que se nos presenta a ojos vista. Y, créanme otra vez, ahora no hablo del 1-m.


Hablo, mejor divago, sobre un casi inmediato futuro que creía lejano, pero que me está sorprendiendo, por momentos, una y otra vez detrás de la puerta. Sin alarmismos, pero con preocupación, el día a día del tan traído y llevado cambio climático está empezando a retrasar mis, ya de de por sí pocas, horas de sueño. Y si no… vean, vean, por ejemplo, la monstruosa sequía que tenemos encima. Aquí, en el centro de esta urbe, sede del centralismo para algunos ?que esa es otra?, hay tanta mierda (hay que ser claros) en el aire, que cuando nos limpiamos las narices por la noche nos salen ladrillos de hollín. Créanme, por tercera vez, que no exagero. Y, divagando, me rondan por la cabeza tantas y tantas dudas que… dan ganas de salir corriendo. «El ultimo en salir del país, que apague las luces del aeropuerto», que se dijo en otros tiempos. Me ronda por la cabeza, y me duele, la idea de protección de la naturaleza que se cuece en las altas instancias (léase MIMAM). Han hecho bandera de la idea ?como las marcas de coches? y se proclaman adalides de la defensa, casi fundamentalista, del medio ambiente. Y se reúnen en cónclave, ellos solitos, y nos colocan una Ley, redentora, que ha conseguido, a la vista está, cabrear a tirios y troyanos. Y no es que la Ley sea mala ‘de suyo’, que diría no sé qué cómico… Si la miramos a fondo, tiene aspectos, como la lucha contra la urbanización salvaje de cualquier palmo de tierra verde, que pueden ser y lo son positivos, muy positivos. Pero en otros… ¿Cómo es posible que se pudiesen reunir tanto…, dejémoslo en tonto, junto para legislar sobre el campo cuando la mayoría de ellos, Ministra al frente, son economistas? Algunos ni eso porque no han visto una facultad ni de lejos. Me cabrea, mucho, el hecho de que no se les caigan las palabrejas (ecología, biodiversidad, medio ambiente) de la boca, cuando los resultados de su gestión no pueden haber sido más nefastos. Y si no… ¿Qué hicieron en Guadalajara? (Aún confío en que algunos acaben en la cárcel) ¿Cómo acabó Galicia? (Alguno del MIMAM debe tener, por fuerza, una fábrica de mangueras) Se cargan una política de trasvases ?que no digo que fuera ni buena ni mala, pero estaba en marcha y podía haber paliado muchos desastres? y no paran de aprobar trasvases del pobre Tajo dejando a mi tierra más seca que su propio nombre (Manxa, en árabe, que la bautizaron, significa tierra seca). Y más. ¿Solo contamina el plomo de las escopetas? ¿Cuántas centrales térmicas se han cerrado con los cientos de miles de aerogeneradores (y placas solares) que nos han colocado arrasando nuestros montes? ¡Menudo negocio! ¿Cuánta agua hay que ahorrar para llenar piscinas? ¿A qué precio salen los tomates de regadío? ¿Y Kyoto? Bien, gracias. ¿Sigo? Ecología, medio ambiente, biodiversidad, para hacer congreso tras congreso, a tropecientos de vellón... para que los mismos, los de siempre, con nuestra pasta, publiquen manifiestos, manuales, directrices, catálogos… ¿De quién es la imprenta? Ecología para que venga mister Al Gore, a trescientos mil de vellón, a decirnos qué malos somos… Me cabrea, todo esto me cabrea hasta decir basta. Pero lo que me jode, lo que me toca… las narices (eso, lo que han pensado), es la pregunta que, ahora, me hago constantemente: ¿Dónde coño están los de la pancarta? ¿Dónde coño están los del CAMA (Consejo Asesor de Medio Ambiente) ?Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/Birdlife, WWF/Adena, la COAG, la UPA, los de CC OO o los de UGT, todos los que están ‘pregonando medio ambiente’ en contra de nuestra manifestación?, dónde coño, repito, están ahora, cuando ha habido un barco lleno de mierda hasta las cejas varado en Algeciras durante ocho meses y ha empringado de chapapote hasta los orinales de las gentes de la bahía? ¿Dónde están, ahora, los del NUNCA MAIS ? ¿Y en manos de éstos, por ley, quieren dejar nuestros campos, nuestro futuro? Lo dicho y ganas dan: ¡… que apague las luces del aeropuerto!
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