Garrapatas: A la vanguardia de la investigación

Nos asomamos al mundo científico, a la investigación de mayor relevancia que se está desarrollando en nuestro país sobre las garrapatas. Se trata de un estudio sobre una especie de garrapata que se sospecha que es el vector de transmisión de una enfermedad. Los resultados de la investigación serán claves para la salud de nuestros perros de caza y de especies de la fauna silvestre como el zorro.


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Hemos tenido la gran oportunidad de conocer de cerca el trabajo desarrollado por el equipo de Pet Parasite Lab, en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid dirigido por Guadalupe Miró y con el trabajo de investigación de Rocío Checa. Este laboratorio, con la colaboración de la Federación Gallega de Caza, está desarrollando un estudio pionero que intenta demostrar el papel vectorial de una especie de garrapata en la transmisión de una enfermedad presente en el noroeste peninsular en zorros y en perros de caza.

  Guadalupe Miró y Rocío Checa
Guadalupe Miró y Rocío Checa

Guadalupe Miró y Rocío Checa.

Hemos visitado a Guadalupe y Rocío para que nos hablen de su trabajo. Para ello nos hemos acercado a la Facultad de Veterinaria, concretamente al departamento de Sanidad Animal de la Universidad Complutense de Madrid.

Allí nos recibe Rocío, Investigadora predoctoral licenciada en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza, que obtuvo el título de Máster Oficial de Investigación en Ciencias Veterinarias en la UCM en el año 2011 y que realizó su Trabajo Final de Máster (TFM) llevando a cabo estudios de seroprevalencia de la Leishmaniosis canina. Actualmente está realizando su tesis doctoral bajo la tutela de la Dra. Guadalupe Miró.

La investigación está centrada en el estudio de la garrapata Ixodes hexagonus

Rocío está al frente de la investigación englobada en la rama de la Parasitología Veterinaria, centrada en el estudio de la garrapata Ixodes hexagonus, y en su papel como vector principal en la transmisión de la infección por Babesia microti-like. La investigadora nos cuenta que este agente se identificó por primera vez, a nivel mundial, en España en 1994, concretamente en un perro que procedía de una zona de Alemania libre de Babesia que había pasado una temporada en Los Pirineos. Cuando se diagnosticó y se caracterizó molecularmente, se comprobó que se trataba de una especie de Babesia desconocida hasta la fecha.

Estudios del doctor Camacho a principios de siglo demostraron que esta enfermedad era endémica en Galicia. En el año 2011 se pide un proyecto de investigación al entonces Ministerio de ciencia e innovación (MICINN) que es concedido: Epidemiologia y control de la infeccion por ‘Theileria annae’ en España. Papel vectorial de ‘Ixodes hexagonus’. Con este proyecto es cuando la investigadora veterinaria Rocío Checa comienza a desarrollar su Tesis Doctoral.

  Equipo Pet Parasite Lab
Equipo Pet Parasite Lab

Equipo Pet Parasite Lab.

Una enfermedad asociada al norte peninsular

La babesiosis es una enfermedad parasitaria provocada por protozoos del género Babesia y que suele afectar a perros y zorros. Su nombre se estableció en honor al médico-biólogo austríaco, que estudió posteriormente en Hungría Victor Babe?, quien fue el primero en aislar el agente patógeno.

En Europa se han detectado cuatro especies de Babesia capaces de infectar al perro: B. vogeli, B. canis, B. gibsoni y B. microti-like, también conocida como T. annae o B. vulpes, como algunos autores han propuesto denominarla, debido a la alta prevalencia en zorros, y que es la protagonista de este estudio. Para saber más sobre estas cuatro especies, desde su etiología hasta su tratamiento, no te pierdas el completo artículo escrito por Guadalupe Miró y Rocío Checa publicado en la revista veterinaria Argos.

Checa nos habla de los orígenes de la investigación: «La base del estudio es que la babesiosis es una enfermedad vectorial y pensamos que la infección por ‘B. microti-like’ o ‘B. vulpes’ en el perro está transmitida principalmente por garrapatas de la especie ‘I. hexagonus’. Esta infección, se asoció a la zona norte de España al haberse detectado por primera vez en un perro que había estado en Los Pirineos.

»La importancia de esta enfermedad viene marcada porque se identificó por primera vez en España y, concretamente, en el norte de nuestro país, porque es precisamente ahí donde es mayor la abundancia de esta garrapata y el mayor número de casos descritos.

»Hemos desarrollado una línea de investigación para esta enfermedad, pero aplicable a todas las enfermedades transmitidas por garrapatas».

  Zorro
Zorro

Del zorro al perro vía garrapata

La primera vez que se detecta la enfermedad se hace en un perro. Por ello los estudios que surgen se centran en la especie canina. En cambio, en la última década comienzan a surgir estudiosen los que se detecta en zorros de diferentes partes de Europa, como el Reino Unido, el norte de Portugal, Austria, Italia, Croacia y Hungría (Bartley et al. 2016; Dezdek et al., 2010; Najm et al., 2014; Farkas et al. 2015). Rocío nos explica cómo comenzaron sus investigaciones: «En España había pocos estudios realizados en zorros, por lo que contactamos con Luis Eusebio Fidalgo, Profesor de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago de Compostela, y con la Federación de Caza Gallega con la intención de ir a muestrear cuando se celebrasen los campeonatos de caza del zorro en Galicia. Así lo hicimos.

Los zorros representan el reservorio principal de esta infección

»Tomamos muestras del bazo de los zorros, muestras de sangre y les exploramos para contar y extraer las garrapatas prendidas. Todo ese material lo trajimos a los laboratorios de la Facultad de Veterinaria y con los estudios que realizamos hemos demostrado que existe una alta prevalencia de ‘B. microti-like’ en los zorros del noroeste peninsular, así como que la garrapata ‘I. hexagonus’ (también llamada la garrapata del erizo) es la más abundante en estos cánidos silvestres. La prevalencia hallada de esta Babesia en zorros es mucho más alta que la observada en los perros. Por ello, pensamos que los zorros representan el reservorio principal de esta infección y son los responsables de su dispersión por otros países europeos, así como que es el zorro el origen de la posible infección en el perro.

»Entonces, por la relación establecida entre estos factores: el patógeno implicado, la garrapata más abundante y el tipo de hospedadores, se sospecha que es esta garrapata es la responsable de la transmisión de esta Babesia. Aún no lo hemos demostrado, pero estamos trabajando para conseguir una respuesta a esta hipótesis».

  Garrapata
Garrapata

Foto Peri Apex.

Una enfermedad que puede resultar fatal

Queremos saber más sobre esta enfermedad, y Rocío despeja todas nuestras dudas: «Es una enfermedad parasitaria (protozoosis intraeritrocitaria), una vez que la garrapata se alimenta del perro, le transmite el parásito y éste se multiplica dentro de los eritrocitos, lo que produce una rotura de los glóbulos rojos.

»Provoca un cuadro clínico principalmente con fiebre, palidez de mucosas, anorexia, hematuria, anemia regenerativa con trombocitopenia. Esto se traduce en el perro en que está decaído, apático. Si no se efectúa un diagnóstico temprano y un tratamiento de manera efectiva, puede incluso causar la muerte del perro».

Cómo puede diagnosticarlo el veterinario

Rocío prosigue explicándonos aspectos de esta enfermedad que desvela la investigación que está desarrollando: «Estamos ante una enfermedad que debe considerarse sobre todo en el noroeste de la Península Ibérica, donde se produce una mayor casuística. En el resto de España no se han descrito apenas casos, seguramente porque no encontramos la garrapata que estamos estudiando y que sospechamos actúa como vector de la enfermedad.

Es una enfermedad que afecta sobre todo al noroeste de la Península Ibérica

»Se diagnostica principalmente con dos técnicas: microscopia óptica o diagnóstico molecular. Los veterinarios, mediante una extensión hemática, efectúan una extensión en gota fina y se observa en microscopia óptica. En ella se observa el parásito en el interior de los glóbulos rojos. Pero esto resulta difícil, ya que la Babesia que nos ocupa es de pequeño tamaño (‘B. microti-like’), lo que convierte su identificación en algo más complicado a la hora de observarla en el microscopio.

»Cuando los veterinarios de clínica sospechan de esta infección, en muchas ocasiones tienen que recurrir a técnicas de diagnóstico molecular. Para ello, nos mandan las muestras al laboratorio, efectuamos una PCR específica y aquí diagnosticamos la enfermedad».

¿Cómo se transmite la enfermedad?

Es una de las cuestiones más relevantes del estudio. Rocío nos lo explica: «Creemos que se transmite mediante la picadura de una garrapata que se ha alimentado en un animal infectado y se alimenta sobre un perro sano. El parásito realiza una parte de su ciclo biológico en la garrapata y esa garrapata transmite el parásito a otro perro. Así ocurre para otras especies de Babesia.

»Pero se sospechan otras posibles vías de transmisión. En otra Babesia de pequeño tamaño, ‘B. gibsoni’, se ha demostrado la transmisión por mordedura de un perro a otro. También se sugiere la transmisión vertical, es decir, de una madre infectada al feto, aunque aún no se ha demostrado. En un estudio en Portugal que se diagnosticó esta enfermedad en un cachorro, la hipótesis del estudio era la transmisión vertical. Si no tenemos controladas a esas perras que crían, cuando están gestantes tienen un inmunocompromiso, bajan sus defensas, lo que permite la multiplicación del patógeno y si no se tratan adecuadamente puede ser mortal.

»Otra vía de transmisión podría ser mecánicamente, mediante una transfusión de sangre de un perro infectado a otro sano».

¿Por qué los perros de caza sufren más esta enfermedad?

  Ixodes hexagonus
Ixodes hexagonus

Ixodes hexagonus, la garrapata que se sospecha es vector de la enfermedad B. microti-like.

Durante la entrevista, le mencionamos a Rocío que en Club de Caza llegamos a muchos cazadores que disfrutan de su afición con sus perros, y le pedimos que nos explique por qué los perros de caza se han convertido en protagonistas en esta investigación: «Ser perro de caza es un factor de riesgo que hemos considerado para la enfermedad. Se están barajando varias hipótesis, y ahora mismo los estudios que llevamos realizados son en materia de estudios de eficacia terapéutica y sobre la prevalencia de la enfermedad en el zorro rojo en Galicia.

»Pero ahora estamos estudiando las poblaciones de perro de caza que guardan un contacto estrecho con la caza del zorro. Estamos comparando la prevalencia que encontramos en este tipo de perros con otros grupos de poblaciones, como, por ejemplo, canes que viven en albergues de protección animal en Galicia, que son perros abandonados, otro factor de riesgo importante, porque han estado vagabundeando sin protección frente a una posible infestación por garrapatas.

»Queremos comparar esta prevalencia con los perros de ciudad que no van tanto al monte, y que no desarrollan actividades cinegéticas. Estudiamos diferentes grupos de poblaciones y estableciendo las variables que determinan la prevalencia de la enfermedad, para demostrar por qué afecta más a unos que a otros.

»La hipótesis que barajamos es que el perro de caza guarda un contacto muy estrecho con el principal portador de la garrapata que estudiamos, el zorro rojo, y comparte entorno con él al ejercer la actividad de la caza en el ambiente en el que vive el zorro».

¿Cómo detectamos la enfermedad en nuestro perro?

Sabiendo esto, se hace imprescindible que los propietarios de perros de caza conozcan todo lo posible la enfermedad, cómo prevenirla, cómo detectarla en el perro ante los primeros síntomas y cómo reaccionar ante ella. Rocío nos ofrece las pautas más efectivas: «Nos consta que los propietarios de perros de caza de Galicia conocen esta enfermedad y saben detectarla, pero siempre viene bien recordar qué hay que hacer ante los signos de esta enfermedad.

»En un estudio que hemos realizado en el año 2015, los propietarios encontraron tres síntomas repetidos en sus perros que les llevaron a acudir al veterinario: apatía, decaimiento y anorexia. El perro dejaba de comer, permanecía todo el día postrado, no quería salir a pasear.

»Si le encontramos apático, no quiere comer, no quiere moverse, adelgaza sin motivo, las mucosas se le ponen pálidas, orina oscura (hematuria), hay que llevarle rápido al veterinario. Allí le realizarán una exploración física completa y llevarán a cabo su diagnóstico principalmente mediante una extensión hemática. Si visualizan el parásito, enseguida le proporcionarán el tratamiento».

  Perro y zorro
Perro y zorro

Perro y zorro.

Método de investigación

El método de investigación es un proceso delicado y que requiere mucho y muy buen trabajo. Rocío nos lo resume: «Nos interesa mucho que las garrapatas que estudiamos lleguen al laboratorio vivas. Provienen de los muestreos que realizamos en zorros y en perros. En el momento que las recogemos del animal, las retiramos con mucha delicadeza, sobre todo las que están alimentadas, las hembras grávidas, que son aquellas que se han alimentado y que la siguiente fase que van a experimentar es realizar la puesta. Las guardamos en unos botes con tapón agujereado para que no les falte oxígeno y las traemos al laboratorio, donde las guardamos en unos tubos para dejarlas en la cámara climática, a temperatura ambiente, 24-25ºC, y con una humedad relativa alta, por encima del 80 por ciento, que son condiciones similares a las que tenían en Galicia.

»Esperamos en la cámara climática a que pasen a su siguiente estadio. Realizan la puesta, los huevos eclosionan y salen las larvas, lo que nos permite estudiar esa posible transmisión en la garrapata, porque estamos ante una enfermedad vectorial transmitida por ellas. Queremos demostrar que este parásito realiza una parte de su ciclo en la garrapata y que puede transmitir a la descendencia o pasarlo de un estadio de la garrapata al siguiente.

»También acondicionamos larvas y ninfas (la siguiente fase tras la larva, y la previa a ser adulto) en la cámara climática. Una larva alimentada muda de estadio y se convierte en ninfa que, al mudar, se convierte en adulto (macho o hembra).

Nos interesa mucho estudiar cómo se transmite el vector en el parásito

»Nos interesa mucho estudiar cómo se transmite el vector en el parásito. Si llegamos a demostrar una transmisión transovárica, demostraríamos dos cosas: una, que se trata del vector, y dos, que esta Babesia es realmente una Babesia, porque en este patógeno, uno de los puntos clave que lo define y que no ha podido ser demostrado aún, no se ha especificado todavía si se trata de una Babesia o de una ‘Theileria’. Pertenecen a la misma familia, pero son dos parásitos diferentes. En Babesia, el patógeno sí que se transmite de una garrapata grávida a su descendencia, pero en el caso de ‘Theileria’ no ocurre así.

»Esto adquiere mucha relevancia desde el punto de vista de su transmisión, porque todas las larvas que nacen de una garrapata grávida van a poder transmitir ese patógeno a los animales de los que se alimente. En cambio, en la ‘Theileria’ eso no sucede.

»Uno de nuestros objetivos primordiales recae en definir este aspecto tan importante, por eso mantenemos parte de su ciclo aquí, en el laboratorio. A su vez, estamos investigando si una garrapata infectada que recogemos del campo en un estadio, al mudar al siguiente continúa estando infectada. Además de la transmisión transovárica, estaríamos demostrando la transmisión transestádica.

»Esto lo llevamos a cabo en una estrecha colaboración con un grupo de la Facultad de Veterinaria de la UCM que trabaja con garrapatas, que tiene al frente a la Dra. Sonia Olmeda.

»Tenemos que demostrar científicamente todas estas hipótesis y esto lleva tiempo».

  Rocío Checa
Rocío Checa

Rocío Checa analizando muestras para la investigación.

Tratamiento ante la enfermedad

Como nos ha informado al comienzo de esta entrevista, la enfermedad puede incluso causar la muerte del perro. Por ello Rocío nos cuenta los últimos avances que han obtenido en cuanto a los tratamientos más eficaces: «Se conoce que esta Babesia es refractaria, es decir, no responde de manera óptima al tratamiento, al contrario de lo que sucede con Babesia canis, que tras su tratamiento con dipropionato de imidocarb (dos inyecciones con un intervalo de 15 días), los perros responden adecuadamente.

»Con esta Babesia, si efectuamos el mismo tratamiento, los perros mejoran, pero suelen tener recaídas. Por eso, en el equipo de investigación tenemos como uno de los objetivos del proyecto, llevar a cabo estudios de eficacia terapéutica frente a esta enfermedad comparando diferentes protocolos y probando otros que se utilizan en el tratamiento de las Babesias de pequeño tamaño.

»Parece que tienen más eficacia, pero seguimos trabajando en ello. Estamos realizando estudios de eficacia terapéutica comparada. Necesitamos llegar a un protocolo y a una posología adecuada para que se produzcan menos recidivas y se alcance la curación parasitológica. No sabemos si se podrá conseguir, es muy complicado».

¿Cuándo es un tratamiento totalmente eficaz?

Llegados a este punto, efectuamos la pregunta que a todo propietario de perro le preocupa: ¿cuándo tendremos un tratamiento totalmente eficaz para tratar esta Babesia? Rocío nos contesta: «Publicamos un artículo en enero del año pasado donde probamos tres protocolos diferentes que ya habían sido utilizados para otras Babesiosis.

El objetivo es conseguir que el perro pueda llevar una vida totalmente normal, sano, y que no pueda transmitir la enfermedad a otros perros

»Había tres grupos de perros que sufrían la enfermedad. Un grupo lo tratamos con dipropionato de imidocarb, otro con atovacuona y azitromicina y otro con buparvaquona con azitromicina. Los resultados revelaron que los perros tratados con los últimos dos protocolos de tratamiento experimentaban una mejora de los signos clínicos más notable que los tratados con dipropionato de imidocarb. También mejoraban en las alteraciones analíticas y mostraban un mayor nivel de reducción de la carga parasitaria.

»Pero ninguno de los tres tratamientos se mostró totalmente eficaz. Los tratamientos más eficaces conseguían que, transcurrido un año, un 40% de los perros seguía albergando el parásito, aunque de una manera leve. El perro podía hacer vida normal, pero no se consiguió una eficacia del cien por cien.

»En este sentido, seguimos trabajando en los dos grupos de tratamientos más eficaces, aplicando distintas posologías, así como en tratamientos más prolongados para ver si de esta manera conseguimos una mayor eficacia terapéutica en cuanto a la esterilidad parasitaria.

»¿Cuándo se podrá llegar al tratamiento definitivo? Es muy difícil aventurarse a señalar una fecha concreta. Por ejemplo, en enfermedades que cuentan con una historia mucho más larga, como la Leishmaniosis, aún no se ha llegado a ese punto.

»Pero el objetivo principal es conseguir que el perro pueda llevar una vida totalmente normal, sano, y que no pueda transmitir la enfermedad a otros perros. Si una garrapata se alimenta sobre otro perro después de alimentarse de un perro tratado, que no le contagie la enfermedad».

  Garrapatas
Garrapatas

Siguientes pasos tras la investigación

Uno de los objetivos que ocupa las jornadas de trabajo de este grupo de investigación es conseguir mapear las zonas en las que el riesgo de contraer la enfermedad es mayor. Esto podrá señalar en el mapa las regiones con mayor incidencia de Babesia, una información muy valiosa para todo propietario de perros de caza y perros en general del noroeste peninsular, y en unos meses estará lista esta información.

Pero Rocío nos cuenta más proyectos de futuro. «En la actualidad, estamos muy centrados en el perro. Nos queda mucho trabajo en cuanto al tratamiento y en facilitar el diagnóstico, que sea más accesible y rápido. Realizar una PCR requiere tiempo y es una prueba muy costosa y cara. Debemos mejorar las herramientas de diagnóstico.

»El siguiente paso será, vista la prevalencia que hemos encontrado en zorros y el tipo de garrapata que pensamos que es el vector de la enfermedad, encaminarnos a estudiar la fauna silvestre, otros posibles reservorios, animales de la fauna cinegética. Ahora estamos enfocados a carnívoros, pero abriremos el abanico a otros animales del entorno afectado».

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