Valoración de la gestión que el Gobierno de Navarra hace con la caza

Navarra tiene todos los mimbres para ser una de las comunidades punteras de España en materia de caza, ya que tiene un hábitat increíble y variado y un colectivo de casi 30.000 practicantes que, con gran afición, la practican socialmente.


Sin embargo, los cazadores llevamos unos 30 años viendo cómo una mala gestión va a conseguir acabar con ella, y esto es algo que desde ADECANA no estamos dispuestos a consentir, ya que una afición tan maravillosa como es la caza se puede ir a pique… y vamos a seguir luchando para que eso no suceda.

Hay muchos temas sobre los que la Administracion debería dar un cambio total de rumbo, como todas las pegas que se nos pone para autogestionar nuestros cotos tal como establece la ley.

La prohibición de caza de especies en las ZEC y los LICS cuando dijeron que respetarían los aprovechamientos hasta entonces existentes.

La normativa que se ha modificado recientemente acerca de la responsabilidad por los accidentes con jabalíes si ha habido batidas de caza mayor, cuando precisamente los cazadores somos la solución, no el problema.

¿Se imaginan los ciudadanos qué pasaría si nos negáramos a cazar jabalíes y conejos? Que su población en un par de años se triplicaría y entonces esto sería una debacle.

Los cazadores navarros no estamos dispuestos a que solo se nos quiera para eliminar animales que causan problemas y se nos intente limitar el resto de las especies.

Un ejemplo muy claro de que no se están haciendo bien las cosas son los Planes de Ordenación Cinegética, que si bien en teoría deberían ser un instrumento de mejora del hábitat —y de gestión integral del territorio—, en la práctica solo sirven para el conteo de animales.

Hoy en día los POC nos cuestan mucho dinero a los cazadores, tiempo en conteos, etc., pudiendo resumirse su utilidad en un plano del coto donde vengan los aparcamientos, las distintas zonas de caza, el calendario anual y cuatro normas. Todo lo demás es paja, y la prueba es que no han servido para mejorar la caza o los problemas de ésta desde que fueron implantados.

Una gran polémica y descontento está creando entre los cazadores la medida impuesta en la orden de vedas de este año al limitar con carácter general a un máximo de dos días la caza de la perdiz, que precisamente comienza el miércoles 1 de noviembre, pudiendo ampliarse a 4 días si se acreditaba haber trabajado en mejoras de su hábitat, en control de predadores, y haber presentado unos calendarios adecuados, pero en la práctica el Departamento de Medio Ambiente, a la gran mayoría de los cotos, les ha concedido únicamente dos días, a pesar de haber acreditado los trabajos que se exigían.

En los cotos donde no hay perdiz suficiente los cazadores somos los primeros en no cazar, pero donde gracias al trabajo de todo el año hay una población susceptible de un aprovechamiento sostenible, tenemos todo el derecho a que se nos den algunos días más.

No hay derecho a que haya cotos donde, al escudarse en conteos generales por regiones, no se ha tenido en cuenta los datos de los conteos y datos de capturas anuales que efectuamos con los técnicos en nuestros cotos, y que en muchos casos daban de sobra para poder haber cazado 3, 4, 5 o 6 días.

El colectivo está muy disgustado, ya que la Administración Foral, a sabiendas de que el problema de la perdiz está ocasionado por la degeneración del hábitat de la estepa cerealista —cuya competencia es del Gobierno—, carga únicamente en la limitación de su caza la pretendida solución a su problema.

Hace unos meses Medio Ambiente sacó una orden foral de subvenciones para mejoras de hábitat, y muchas sociedades de cazadores se apuntaron a ellas gastándose mucho dinero con el fin de mejorar sus cotos, pero con esta forma de actuar en contra de los cazadores lo que van a conseguir es cargarse las ayudas para el año que viene… ya que nadie en su sano juicio va a volver a gastarlo si sabe que, trabaje lo que trabaje, le van a tratar igual que el que no hace nada, y sin embargo también le dan los dos días.

¿Qué pretenden con esto? ¿Que un cazador esté todo el año trabajando, y pagar a veces una cantidad importante de dinero para mejorar el hábitat del coto, y que mantenga todo el año un perro de caza para que se le permita cazar únicamente dos días? Con este tipo de actuaciones lo único que van a conseguir es empeorar la situación de la perdiz.

Desde ADECANA defendemos que Medio Ambiente tiene que determinar los días de caza en función de los conteos y datos de capturas anuales, no podemos estar todas las temporadas discutiendo días de caza generalizados.

A nuestro entender, Medio Ambiente no tiene en cuenta si un coto tiene pocos o muchos cazadores de perdiz, si en una zona ha habido o no pedregadas, o que gracias a que se perrea sin escopeta los fines de semana anteriores a la apertura las perdices están tan avisadas que, al menor movimiento, se refugian en las zonas protegidas, o que como salga un día de niebla tan típica de esta época no se permite cazar.

Nos está dando la sensación de que, con este tipo de medidas —después de que conseguimos que el guarda solo fuera obligatorio para ciertas funciones, como conteos, recechos etc.—, lo que quieren es metérnoslo con calzador o vendernos días de perdiz a cambio de guarda, ya que casualmente a los que tienen guarda fijo se les han dado muchas más facilidades para cazar. Sin embargo, a los que no lo tienen pero que con trabajo hecho por sus socios han conseguido tener una buenas poblaciones, se les deniegan, y esto es algo que no debemos consentir y es objeto de esta crítica.

De hecho, con este tipo de medidas cada año se cazan muy pocas, pero por lo menos la gente se entretiene paseando por el campo, y donde no se caza, no es que no solo no aumenta, sino que cada vez van quedando menos hasta ser meramente testimoniales.

Desde ADECANA podemos asegurar que, dado que los cazadores somos los únicos que luchamos por la perdiz, si dejamos de cazarlas ésta desaparecerá, y será por culpa de la Administración que no ha hecho lo que tenía que hacer en la defensa de su hábitat, como le exige la ley aplicable.

Este es el sentir del colectivo que cada vez se está hartando más con este tipo de medidas que van en contra de la caza y los cazadores.

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