El jabalí es un problema grave en muchos territorios

En las quince primeras temporadas del siglo XXI se han multiplicado las estimaciones de capturas casi por dos y medio (241%). Los diferentes peligros que supone su incremento poblacional son una amenaza para toda la sociedad.


Actualizado

El jabalí (Sus scrofa) está en franca expansión en prácticamente todo el territorio peninsular. En las islas españolas no hay jabalí. Las estimaciones de jabalíes cazados en España en la última temporada controlada, 2014-15, han sido de 288.235 unidades y las conseguidas treinta y cinco temporadas antes, en la 1980-81, fueron de 31.306 jabalíes, según el Anuario de Estadísticas Agrarias (AEA). Resumiendo, treinta y cinco  años más tarde cazamos el 921 % más sobre aquella cantidad de capturas de 1980. En estos treinta y cinco años el incremento medio por temporada ha sido del 26’31 % sobre las capturas de 1980. Ver TABLA I, Capturas de jabalí en España al final.


Manada de jabalíes en monte (Miguel A. Romero).

Ese incremento citado tiene dos etapas; la primera, la de los últimos veinte años del siglo pasado, durante la cual el incremento total de capturas fue del 380% en total, con una media anual del 19% y una segunda etapa de quince temporadas, ya de este siglo, en las cuales el incremento global ha sido del 536%, con una cuota anual media de aumento del 35’73% con respecto a los 31.306 jabalíes que se cazaban en 1980-81, que es la temporada de referencia. En esta segunda etapa, dentro del siglo XXI, las capturas han pasado de 118.855 jabalíes en la primera temporada (2000-01) a 288.235 jabalíes en la decimoquinta (2014-15), con un incremento medio anual de 11.290 capturas. Los datos de estimación de caza de jabalí por Comunidades Autónomas, en las primeras quince temporadas de este siglo, se reflejan en la Tabla Nº 1. Esos incrementos medios anuales de capturas citados para los últimos quince años de este siglo han sido cerca del triple, que en el anterior tramo de veinte años donde el incremento anual de capturas fue de 4.378 jabalíes. Cada año aumentan más las diferencias.

La distribución del jabalí en España es muy irregular, pero a partir de la estimación por comunidades podemos valorar las diferencias entre ellas, aunque son muy distintas incluso en cada provincia de las de la comunidad. La provincia más jabalinera de España sigue siendo Huesca. Los aprovechamientos de jabalí en esta provincia superan a los de diez comunidades. Los jabalíes cazados en Huesca en las cuatro últimas temporadas han sido:

Por comunidades autónomas ha recuperado el liderazgo nacional Castilla-La Mancha que ha cazado en estas quince temporadas 484.826 jabalíes (16’67 % del total), segunda Andalucía con 439.843 (15’13%), tercera Aragón con 410.236 (14’11 %), cuarta Cataluña con 403.580 (13’88 %) y la quinta, ya a cierta distancia de estas cuatro, Castilla y León con 295.318 jabalíes (10’16 % del total). En estas cinco comunidades se capturan el 69’95% de los jabalíes cazados en toda España peninsular, pues en Baleares y Canarias no hay jabalíes; de momento.

El coste de cazar

Las poblaciones precaza de una especie y las capturas, para unas condiciones similares, son proporcionales. Cada año cazamos más jabalíes y dejamos en campo más que el año anterior; esto hace llegar a la conclusión de que la especie tiene un índice de crecimiento superior al de los aprovechamientos y cada vez esa diferencia va a ser mayor. Vean en la Tabla Nº 1 que en cualquier comunidad cada año se caza más y esto es un signo indudable de que la oferta campera es cada vez más generosa.

Teniendo en cuenta que cada temporada somos menos cazadores y que cada año somos más eficaces, pues cazamos más, se debe entender que hacemos más esfuerzo, y desde luego así es en el aspecto económico. Cazar los casi trescientos mil jabalíes de la última temporada de la tabla han generado un movimiento económico a cuenta de los cazadores de unos noventa millones de euros, según los cálculos aplicados al jabalí en una estimación económica del dinero que genera la caza en España de la que soy autor (1).

El esfuerzo económico para controlar al jabalí por parte de la estructura cazadora lo debería agradecer ese mundo animalista que nos insulta y nos cuestiona y ante el que yo manifiesto siempre mi orgullo de ser cazador. Somos la solución a un problema que podría ser mucho más grave para esta sociedad, ya que hemos cazado en estos últimos quince años casi tres millones de jabalíes (2.907.600). No obstante, aún rebajadas las poblaciones por nuestro control, la situación es muy preocupante ¿Se figuran los animalistas, y el resto de la sociedad que les aplaude, lo que podría ocurrir en España si no hubiéramos cazado esos casi tres millones de jabalíes en estos años?

El número de licencias y cazadores han evolucionado en la primera década del tramo 1980-1990 al alza y en los veinticinco años siguientes ya a la baja desde 1990. El número de licencias expedidas en España (MAGRAMA) —siempre sensiblemente superior al de cazadores— en los treinta y cinco años, desde aquel año 1980 hasta el 2015 es la siguiente:

El jabalí tiene un crecimiento anual que puede superar el 100% y en los años propicios la población de verano puede duplicar a la de invierno, aunque las bajas de rayones, bermejos y jabatos en el primer año son muy altas. El celo empieza en setiembre hasta noviembre y aunque las hembras solo sacan una camada al año, en algún caso especial pueden sacar hasta dos. Además, las hembras jóvenes en primavera salen altas y como pesen más de treinta Kg paren ese verano. La conclusión es que cada vez va a haber más jabalíes y, como consecuencia, más conflictos por el incremento imparable de la especie. Y esta situación no podemos revertirla con la caza, a no ser que el número de licencias de cazadores fuera otra vez los que éramos en 1990 y con carácter ascendente. Lo contrario a lo que ocurre hoy.

La solución animalista

Los animalistas ya han dado una solución general y esperpéntica para resolver el conflicto de las superpoblaciones de especies. Han dicho ya en varios foros que la actuación ante las poblaciones exageradas de animales dañinos para la biodiversidad debe ser de: «captura, esterilización y suelta» (2). Creen que un jabalí capado ya no representa ninguno de los peligros que vamos a citar más adelante. Lo único que no haría un jabalí esterilizado sería procrear, pero todo lo demás, en mayor cuantía. No sé cómo piensan esterilizar a los jabalíes silvestres, porque parece una broma. A lo mejor han pensado contar con los arqueros y pedirles que les lancen flechas cortacojones. Otra solución muy manida en ese grupo es dejar que los lobos saturen todo el territorio y así controlen al jabalí y dejen a las ovejas. Como si el lobo fuera lerdo y prefiriera enfrentarse a un jabalí bien armado que a una pobre borrega. Se ha visto hace unos días un video en Facebook donde un jabalí solo era atacado por tres lobos. El jabalí hizo poner pies en polvorosa al trío lobero que le atacó. ¡Como para ir a esterilizar a ese!

La caza no se va a abolir por mucho que griten estos talibanes animalistas, porque es una herramienta medioambiental imprescindible para uso de esta sociedad necesitada de regular poblaciones que en exceso producirán daños que pueden ser inconmensurables y en caso de saturación y plaga, además, acabarán autodestruyéndose y desapareciendo ¿Acaso esos animalistas no saben esto? Creo que no. Parece absurdo que alguien nos insulte y pida que no cacemos deportivamente y acepte otra caza llamada eufemísticamente control poblacional, que hacen funcionarios, que cobran del erario público por los mismos resultados por los cuales nosotros pagamos mucho dinero. Esto forma parte de la irracionalidad y el esperpento de ciertos comportamientos animalistas (3). Por otro lado, la caza es un derecho al ocio de quien la practica, sirve de alimento y genera mucha riqueza; se estima en ese estudio económico citado (1) que la caza genera en España tres mil seiscientos treinta y seis millones de euros.

Los problemas del exceso de jabalíes

Es mi intención apuntar someramente los problemas del exceso de jabalíes, excepto en una faceta, la sanitaria. En el TODO JABALÍ anterior de 2014 daba datos alrededor del principal problema que provoca la abundancia del jabalí, que siguen siendo los accidentes de carretera.

Accidentes.- Las capturas no suelen ser directamente proporcionales a los accidentes, por lo cual, la situación ha sido hasta hace poco tiempo muy injusta para algunas comunidades. En Castilla y León se producen un tercio de los accidentes provocados por el jabalí en España y las capturas en esta comunidad sólo representan el10’16 %. En Galicia, con el 18 % de los accidentes totales, solamente aprovechan el 4’36 % de los jabalíes cazados en España.

En 2014 el número de conductores españoles ha sido 26.217.202, el de vehículos de 30.976.047 y el de km de carreteras interurbanas 166.284 Km. Las poblaciones de jabalíes en España, que pueden coincidir en el momento inoportuno en la carretera con esos vehículos o con otros tantos que conducen los extranjeros, no son conocidas. Existe entre cazadores una especie de regla nemotécnica por la que se estima a groso modo el número de jabalíes que hay en un territorio en función de los que se cazan que es el dato que estimamos con más precisión. Se dice entre jabalineros que de los jabalíes de un territorio sacamos a tiro un tercio de las existencias y de ese tercio abatimos una tercera parte. Si atendiéramos a este comentario multiplicando por nueve las capturas nos acercaríamos a las posibles existencias de jabalíes en ese año que superarían los dos millones y medio.


(*) Año 2012: Las estimaciones se han hecho a partir de los datos conocidos de Castilla y León y sobre la base del porcentaje que representaban, respecto al ámbito nacional. (No se incluye en las estadísticas a Cataluña y País Vasco).

Las posibilidades de coincidir vehículo y jabalí en una carretera cada vez tiene más probabilidades porque los dos factores que lo hacen posible crecen anualmente y aunque en el caso de los coches no es exacto, hay 200.000 vehículo menos, pero son dos años más viejos y propensos al accidente.

En 2011 hubo en España 17.234 accidentes contra animales; de estos accidentes, 5.480 fueron provocados por los jabalíes, según una publicación de la revista 213/2012 “Tráfico y seguridad vial”. La culpabilidad en el ámbito nacional se distribuye de esta manera: jabalíes (32%) Cérvidos (22%) y Cánidos (25’8 %). Estos datos no habrán variado sustancialmente en los tres años que han pasado hasta la temporada 2014-15 que es la última de nuestra estadística.

En 2014 la publicación “Las principales cifras de la siniestralidad vial”, editada por la Dirección General de Tráfico en julio de 2015, no recoge ya los accidentes contra especies cinegéticas, según he observado.

Coste de un accidente.- Hay dos formas de acercarnos al valor de los siniestros que provocan las especies de caza, uno es teniendo en cuenta la valoración de la mutua de seguros de los cazadores, Mutuasport, para un seguro que ampara estos siniestros que se producen en el coto contra especies cinegéticas “seguro de cotos” y otro el que utiliza la Dirección General de Tráfico, DGT, con una valoración muy específica en el que incorpora un concepto de valor de una vida, que siempre nos había parecido invalorable.

Tenemos datos medios sobre los accidentes amparados por el “seguro de cotos” de Mutuasport que ha habido en estos cuatro últimos años desde 2013 hasta agosto de 2016. Nos dicen que en el caso de siniestros con muerte o heridos graves las indemnizaciones se han disparado. El calculo sobre los costes económicos llamados directos: costes médicos, de reparación o reemplazo de los vehículos dañados y costes administrativos, etc. tienen un valor material medio por siniestro está alrededor de 1600 euros. Un accidente con lesionados: víctimas leves, graves y muertos tiene un coste medio de unos 6.500 euros.

Ahora mismo la responsabilidad por un muerto tanto si es por siniestro con responsabilidad en el seguro de cotos, como si lo es por el de responsabilidad civil del cazador (que no viene a este caso) puede acercarse a los cuatrocientos mil euros, por lo que no debería haber ningún seguro de cotos o de RC que amparara menos de esa cantidad. Es un dato que invita a comprobar el seguro que tiene cada cazador.


Jabalí en rascadero (Leo de la Fuente).

Los datos de la aseguradora Mutuasport quedan muy lejos de los que se manejan en estudios sobre este asunto por la DGT y han desarrollado con algunas universidades. En estos estudios se hacen cálculos de las víctimas que tienen otra vertiente pues se valora la vida que, como tal, es invalorable.

Siguiendo la serie de accidentes por irrupción de animales 2007-2012 de la Tabla II anterior y dado que se han venido incrementando los siniestros alrededor del 10% anual podremos estimar que en 2014 se habrán producido unos 23.000 accidentes contra animales, especialmente especies de caza y que el 32% de ellos habrán sido contra los jabalíes, por lo que podemos estimar que ese año se han producido alrededor de 7.300 siniestros contra jabalíes. De aquellos 23.000 accidentes totales contra especies de caza, unos 22.100 habrán sido solo de daños y unos 870 con víctimas y de estos, 745 heridos leves, 112 heridos graves y 13 muertes. Los futuros siniestros van a mantener una línea ascendente, como lo ha sido en estos años contrastados, a pesar de que los accidentes mortales en carretera han disminuido año tras año, gracias a los controles y a la mayor responsabilidad de los conductores que, sin embargo, nos quedamos sin saber reaccionar cuando un jabalí irrumpe en una carretera, pues los accidentes contra animales cada año van a más. Creo que es bueno publicar estos datos estimados pero aproximados, pues de 2007 a 2011 son oficiales y decirlo a voces para que se entere esta sociedad de que esos siniestros podrían ser muchas veces mayores y no lo son, gracias al control que ejerce la caza

En el año 2011 la Dirección General de Tráfico en colaboración con la Universidad de Murcia, estimó los costes asociados a los accidentes de tráfico con víctimas, utilizando “el método de disposición al pago”. Como resultado, un fallecido supondría un coste de 1,4 millones de €, incluyéndose dentro de este coste los costes directos e indirectos (gastos médicos, administrativos…) y el precio actuarialmente justo asociado a las primas que estaría dispuesta a pagar la sociedad por disminuir el riesgo de morir en un accidente de tráfico, conocido como el valor de una vida estadística (VVE). De la misma forma se calcularon los costes asociados a un herido hospitalizado en 219.000 € y un herido no hospitalizado en 6.100 €. Estas valoraciones se han actualizado por la DGT, según publicación sobre 2014, tomando como referencia 2011 con la variación nominal del Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de forma que un fallecido supuso este año 2014 un coste de 1,408 millones de €, un herido hospitalizado 220.329 € y un herido no hospitalizado 6.137 €.

De los 7.300 siniestros contra el jabalí estimados en 2014, según los porcentajes y las calificaciones utilizadas en 2011, habrán producido sólo daños 7.040 accidentes y habrán tenido víctimas 276, que se habrán saldado con 236 heridos leves, 36 heridos graves y 4 muertes.

Coste de los accidentes contra jabalíes en 2014 según los pagos de Mutuasport. Las valoraciones medias contrastadas de Mutuasport para los accidentes contra fauna que se produjeron en estos cuatro años fueron de 1.600 € para accidentes con daños solamente y para los accidentes con víctimas de 6.500 € como hemos dicho. Los pagos serían de (7.040x1.600 + 276x6.500) = 13.058.000 euros.

Coste de los accidentes contra jabalíes en 2014 según valoración de la DGT. El coste aproximado de los 7.300 accidentes sobre jabalíes estimados para el año 2014 y calculando con el baremo de la DGT para los accidentes con víctimas se podrían estimar en (4x1.408.000 €) + (36x220.239 €) + (236x 6.137) + los gastos sólo de daños (7.040x1.600) = 26.272.936 €. El doble más o menos que lo valorado por la mutua.

Daños a la agricultura

Yo tuve la primera sensación de los daños del jabalí a la agricultura en 1984, creo, cuando era presidente de la federación de caza de Valladolid (que englobaba entonces Salamanca y Zamora) y me vino a visitar el gerente de la productora de semillas PRODES con sede en Valladolid, que cultivaba sus líneas de semillas en la finca Abadía Retuerta, de Sardón de Duero. Habían plantado unas líneas de maíz para obtener las primeras muestras de un híbrido y esa misma noche los jabalíes habían arado al hilo un montón de surcos y fastidiado una nueva línea que valía mucho dinero conseguir, según me dijo. Llamé al entonces campeón de España de RRCC, Florencio Lozano, y les puse en contacto. Florencio asistió varias noches a las esperas nocturnas, que fueron de las primeras hechas en Valladolid. Aquí en esta había y hay muy pocos jabalíes. Por aquellos años se cazaban menos de 100 al año (en esta última temporada 667) pero hacían daño en estos terrenos sensibles, que lo siguen siendo ahora en los viñedos, dado el precio del vino de la Ribera de Duero y la uva en esa zona de la provincia.

De los estragos agrícolas de los jabalíes en los grandes maizales y en cualquier cultivo algo sensible no voy a decir lo que oímos a diario. Me hace gracia cuando las autoridades, los agricultores, la gente de los pueblos piden por favor a los cazadores que cacemos más porque están concienciados con la labor que hacemos de control de cierta fauna y nos consideran muy necesarios, pero no he oído a ninguno de esos colectivos que reconocen a la caza como salvadora, decirlo cuando salen algunos energúmenos en prensa, radio o TV y nos llaman perrerías. Nosotros tampoco hacemos mucho en ese campo de la réplica; replicar no debe ir con nosotros…


Jabalí hozando (Miguel A. Romero).

Daños a la ganadería

No voy a hablar de lo que hacen los jabalíes con los nidos de perdices y otras aves protegidas de nidificación terrestre, ni de lo que hacen en las gazaperas (se ha hablado de un hecho datado en el que un jabalí tenía en el estómago más de veinte gazapos), ni con unos lebratos. Creo que el peligro potencial y el peor daño, después de los accidentes en carretera, es el que puede producir a los humanos y más fácilmente a la ganadería porcina y de otras especies, el jabalí con sus pestes, enfermedades y contaminaciones. Como aparezcan ciertas enfermedades en las ganaderías porcinas o en una zona española, no vendemos un jamón más en el mundo, a pesar de nuestra calidad. Como quiera que este tema de la sanidad animal y las zoonosis, epizootias y pandemias, quien sabe de ellas es el mundo de la veterinaria, pues a ese he recurrido. Mi amigo el doctor José A. Pérez Garrido, me ha mandado una relación de las enfermedades más comunes y peligrosas del jabalí, que potencialmente pueden trasmitirse al hombre y al ganado. Lo transcribo, tal cual, a continuación (4):

El jabalí como principal reservorio silvestre de enfermedades que afectan al ganado doméstico y al hombre

El jabalí se considera en Europa como el principal reservorio de diversas enfermedades que afectan a las especies de ganadería doméstica así como de zoonosis (enfermedades transmitidas de los animales al hombre y viceversa). Los riesgos sanitarios que conlleva el jabalí para las especies domésticas se deben a que es el ungulado con distribución más amplia, a su facilidad de contacto con la fauna doméstica y el hombre (especie cinegética), a su carácter omnívoro, oportunista, gregario y social, y a ser receptivo a las mismas enfermedades tanto infecciosas como parasitarias del cerdo, así como participante potencial de numerosas enfermedades propias de otras especies domésticas tales como vacas, ovejas o cabras.

En el Plan Nacional de Vigilancia Sanitaria en Fauna Silvestre, establecido para controlar aquellas enfermedades en cuya epidemiología la fauna silvestre tiene un papel importante, como en el caso del jabalí, se señala la vigilancia de las siguientes enfermedades:

- Peste porcina clásica (PPC). Enfermedad propia de los suidos provocada por un Pestivirus. Oficialmente se trata de una enfermedad erradicada en España, pero en vigilancia para prevenir la aparición de posibles focos. El jabalí se presupone reservorio de la enfermedad y en diversos países de la Unión Europea se ha documentado la relación epizootiológica entre la población salvaje de jabalíes y muchos de los focos de PPC. Hasta el año 1996 se encuentran numerosos datos sobre la prevalencia de la enfermedad en Europa, apareciendo, a partir de entonces, focos dispersos en jabalí de forma puntual en diversos países, principalmente del centro y este de Europa.

- Peste porcina africana (PPA). Enfermedad propia de los suidos provocada por un Pestivirus. Oficialmente se trata de una enfermedad oficialmente erradicada en España desde 1995, pero endémica de muchos países africanos, con lo cual es esencial la vigilancia para prevenir la aparición de focos. En Europa existen referencias de casos positivos en jabalí en la década de 1980, y, desde esa fecha, focos aislados, pero con una preocupación creciente en la Europa del este tras la aparición de varios casos en los dos últimos años en Bielorrusia, Polonia, Rusia y Letonia.

- Enfermedad de Aujezsky (AUJ). Enfermedad provocada por un Herpesvirus tipo I. Presenta distribución mundial y es hoy día uno de los grandes problemas sanitarios del sector porcino. Puede afectar además a otras especies de animales, si bien produce su muerte y solo los suidos la transmiten. Se mantiene como infección latente durante toda la vida del cerdo, pero en situaciones de inmunodepresión puede reactivarse y pasar a fase aguda, momento en que el animal afectado elimina de nuevo el virus. Existen numerosos casos de prevalencia de la enfermedad en jabalíes en diversos países de Europa y diversas regiones españolas.

- Enfermedad vesicular porcina (EVP). Enfermedad propia de los suidos, que también puede afectar al hombre, provocada por un Enterovirus. Fue descrita por primera vez en 1966, en cerdos infectados de la región de Lombardía, Italia, siendo en un principio considerada como Fiebre Aftosa por las lesiones que presentaban los animales. En los últimos años en Europa tan sólo se han declarado focos de esta enfermedad en Italia, donde se considera endémica, y en Portugal en diciembre de 2003 y enero de 2004. En España la única vez que se detectó la enfermedad fue en 1993 en tres explotaciones de Lérida y Huesca, pero siempre en animales domésticos, no en jabalí.

- Tuberculosis (TBC). En la mayoría de las ocasiones, la tuberculosis en suidos, tanto domésticos como silvestres, está producida por Mycobacterium avium, si bien también se encuentran casos provocados por otras especies de Mycobacterium, siendo considerado por tanto el jabalí como el principal reservorio silvestre de Mycobacterium bovis, causante de la tuberculosis en ganado vacuno. A nivel mundial encontramos numerosos datos de prevalencia de tuberculosis entre jabalíes y otros suidos silvestres hasta el punto que la OIE publica que en los 10 últimos años se ha diagnosticado tuberculosis en fauna silvestre (citando siempre entre ella a suidos silvestres) en un 22% de los países. Lesiones compatibles con tuberculosis se encuentran con relativa facilidad en los jabalíes cazados en España, fundamentalmente en cavidad abdominal y ganglios linfáticos mesentéricos y mediastínicos.

- Brucelosis porcina (BRU). La brucelosis por Brucella suis afecta al cerdo y a otras especies de animales silvestres, domésticos, e incluso al hombre. Es una enfermedad de distribución mundial, y en Europa y España existen numerosos resultados de prevalencia de la enfermedad en jabalí, hasta el punto de que se le considera como el principal reservorio de al menos tres biovares: B1, B2 y B3 (suidos). La brucelosis por B. suis biovar 2 es enfermedad emergente en Centroeuropa, y se asocia al incremento de explotaciones porcinas extensivas y a la elevada densidad de jabalí.

- Salmonelosis. No existen resultados de estudios de campo sobre salmonelosis en jabalí, pero dada la importancia de la salmonelosis porcina en explotaciones ganaderas no se descarta la posibilidad de transmisión entre explotaciones, fundamentalmente de cerdo ibérico, con el jabalí como portador.

- Triquinosis. Enfermedad parasitaria causada por Trichinella spiralis. En el ser humano se adquiere la infección por consumo de carne parasitada de cerdo o jabalí. Los síntomas suelen aparecer después de 10 días de ingerido el parásito manifestándose de inicio con trastornos gastrointestinales, con diarrea, vómitos, fiebre elevada hasta 41ºC, inapetencia y cólicos, seguidos de dolores musculares e inflamaciones periorbitales, edemas de párpados. Los trastornos musculares suelen durar 10 días en infecciones leves, pero en las más severas pueden durar uno o varios meses e incluso llevar a la muerte de la persona afectada.

Además de estas enfermedades, bajo control oficial, habría otras también con interés sanitario debido a la implicación del jabalí:

- Fiebre aftosa (FA). También llamada Glosopeda, está causada por un Aphtovirus, con 7 serotipos diferentes y numerosos subtipos. El último caso en Europa se registró en Reino Unido en 2007, remontándonos hasta 1986 para encontrar el último caso en España, pero su presencia como endémica en Oriente Próximo, Asia Central y norte de África supone un importante riesgo para la Unión Europea.

- Estomatitis vesicular (EV). Enfermedad propia de los suidos, que también puede afectar al hombre, provocada por un Vesiculovirus. Actualmente todos los casos se dan en el continente americano, con carácter enzoótico en los países tropicales de Centro y Sudamérica, siendo Colombia el país donde mayor número de focos son comunicados y con un reciente incremento del número de casos relatados en USA.

- Paratuberculosis (PTC). Provocada por Mycobacterium avium paratuberculosis, se trata de una enfermedad crónica con importantes pérdidas económicas directas en la ganadería doméstica, que además interfiere en el diagnóstico de Tuberculosis y es relevante desde el punto de vista de la salud pública, al relacionarse directamente con la aparición de la enfermedad de Crohn en el hombre. Recientes estudios europeos han mostrado su acción patógena en diversas especies de fauna silvestre e incluso en República Checa encontró relación directa del jabalí en su ciclo de transmisión a la fauna doméstica. En un estudio español resultó positivo un ejemplar entre los 73 jabalíes muestreados (Albacete y Andalucía) a la búsqueda de la enfermedad.

- Leptospirosis (LEP). Está causada por Leptospira interrogans, con hasta 220 serovares de distribución mundial que pueden afectar a numerosas especies, incluido el hombre. El serovar específico del porcino es Pomona. Su importancia reside en la posibilidad de transmisión entre jabalí y cerdos mantenidos en sistemas extensivos. Existen pocos datos de estudios realizados en jabalí, pero se supone que la prevalencia es elevada. Así, un estudio realizado en Alemania sobre 3.236 animales señaló que un 2,5% presentaron anticuerpos frente a alguno de los 13 serovares de leptospiras estudiado, mientras que en España, un estudio en los Montes de Toledo encontró una prevalencia del 12% a leptospirosis causada por el servovar Pomona.

- Parvovirosis porcina (PAP). Está provocada por un Parvovirus. Produce en las explotaciones porcinas importantes pérdidas reproductivas, con momificación fetal y abortos, padeciéndola el jabalí de igual forma, y pudiéndola contagiar a cerdos domésticos en explotaciones extensivas. Los pocos estudios de que se tiene referencia señalan una elevada incidencia de la enfermedad entre la población de jabalíes europeos, mientras que en España resultan bajas incidencias en un estudio realizado en Montes de Toledo y Sierra Morena, si bien durante el verano de 2009 se citan importantes mortalidades entre la población de jabalíes del norte y centro peninsular, a priori achacables a parvovirosis.

Hay que seguir cazando de manera responsable pero hay que poner en escaparate algunos de los datos que aportamos aquí y la necesidad de la caza como herramienta de gestión medioambiental, que es algo también reconocido por el mundo de la ecología seria y responsable.

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