Alternativas para el control de plagas de topillos (y II)

La alarma está muy justificada. En estos momentos ha saltado ya entre el mundo conservacionista y el cinegético porque en noviembre y diciembre de 2013 la Consejería de Agricultura y Ganadería de Castilla y León licitó el suministro de 144 Tm de cereal soporte de la bromadiolona, un rodenticida anticoagulante mucho más letal que la clorofacinona, que se pretende distribuir en la región ante el previsible repunte del Topillo campesino.


El poder letal de la bromadiolona

Dos industrias químicas han puesto en manos de esa consejería ese lote de cereal envenenado que se juntará Al sobrante de lo que estaba adquirido desde 2011 cuando se perfiló otra plaga de topillos, que al final no llegó a producirse.

A esas 150 Tm de cebada, aproximadamente, se va a añadir la bromadiolona en la dosis aproximada del cebo comercial: 0’005 %. Esperábamos que la bromadiolona se hubiera aplicado sobre soporte de parafina con pastilla cautiva y así se evitaba otro descalabro por envenenamiento masivo de la avifauna, protegida y cinegética como en 2007. Se preguntarán ¿por qué no se aplica la bromadiolona sobre soporte de parafina cautivo en caja o enterrado en la hura? Sospechamos que esta consejera ha querido ahorrar en perejil y reparte bromadiolona sobre cebada en lugar de parafina, porque sale a la mitad de precio. En 2007 valía el Kg de cebada emponzoñada 2’15 € y el de parafina 4 € / Kg. y habrá variado muy poco.

El problema medioambiental se produce cuando la cebada se la come una liebre, una ganga, una perdiz o cualquier otro animal que pasaba por allí

Según me ha informado el científico Rafael Mateo Soria, ((Grupo de Investigación de Toxicología de Fauna Silvestre) del IREC, el poder envenenador de la bromadiolona a utilizar es muy alto porque la DL50 oral aguda (dosis que mata al 50% de una población expuesta) se supera con muy poco cebo comido para la mayoría de los animales expuestos. La DL50 oral aguda de un topillo, que es el objetivo, es de 1’75 mg / Kg peso, dado que pesa unos 30 g, requiere una dosis aproximada de 0’05 mg para morir. Esto significa que se va a repartir cebo con dosis capaz de acabar con 150 millones de topillos. Ese es el objetivo de las campañas.

El problema medioambiental se produce cuando la cebada se la come una liebre, una ganga, una perdiz o cualquier otro animal que pasaba por allí, o dado que es acumulativa, cuando una lechuza o un milano se come unos cuantos topillos envenenados. La DL50 en una liebre, si se asume que es similar a la de un conejo, sería alrededor de 1 mg / Kg de peso animal. Una liebre con 2 Kg de peso alcanza la dosis letal si ingiere 2 mg de bromadiolona. Con el cebo a repartir se podrían matar más tres millones y medio de liebres y el doble de conejos. Estas dos especies superan la DL50 comiendo unos 50 g de cebada envenenada. Y eso puede ocurrir si se deja tirada en el exterior, en lugar de oculta. Este tipo de venenos acumulativos con dosis menores, pero repetidas, producen una toxicidad mayor y es así como se acaban produciendo las intoxicaciones de los depredadores naturales de los topillos.

Buenas prácticas para el control de plagas

Los roedores se controlan por esta sociedad con rodenticidas, pero buscando el menor impacto ambiental y evitando daños colaterales al resto de la fauna no objetivo. De la documentación editada en estos años he extraído una serie de prácticas que en su mayoría han sido recomendadas por varios científicos, ONG’s y entidades federativas, en un informe remitido en el mes de enero de 2014 al MAGRAMA, titulado “SITUACIÓN ACTUAL DE LAS PLAGAS DE TOPILLO CAMPESINO EN CASTILLA Y LEÓN (2014)” (4) al objeto de proponerlas como pauta de actuación a la Junta de CyL y alternativas al fuego y al envenenamiento para combatir la inminente plaga. Me consta que hay muchos agricultores partidarios de aplicar algunos de los medios alternativos, que sin duda debería costear la administración.

1.- Atendiendo a lo que recomienda el Plan de Acción Nacional para el Uso Sostenible de Productos Fitosanitarios a través del RD 1311/2012 de 14 septiembre, es necesario establecer programas de vigilancia de los productos fitosanitarios comercializados; vigilar la presencia de esos productos en el agua de consumo humano y, establecer un sistema de control, vigilancia y eliminación de los productos que contengan sustancias activas especialmente preocupantes.

2.- En el sentido del punto anterior hay que considerar que además de la Bromadiolona y Clorofacinona repartidos por la Consejería para el control de los topillos, las especies faunísticas se encontrarán, con todos los biocidas utilizados para el blindaje de semillas que ya hemos denunciado en su día.

3.- Antes de quemar y aplicar veneno es prioritario usar técnicas agronómicas alternativas y atender a las recomendadas anteriores del Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de Valladolid, a través del (ITACYL), en su escrito del 26-11-2013 a todos los municipios, no en los informes que hace en estos días de finales de enero impulsado por la Consejería. Habría que considerar las alternativas que cita el RD 409/2008, tal como labrado y remoción mecánica de los vivares en alfalfas así como inundación y siega de las mismas, rodillo en otoño e invierno, motoniveladoras para limpiar cunetas con alzado de vivares, labrado de rastrojos de siembra directa para lo que existen aperos especiales, retirada de tubos riego, etc. Hay posibilidad de aplicar oxígeno y propano que no envenenan, pero es muy laboriosa la intervención.

4.- Es necesario mejorar el conocimiento sobre estas buenas prácticas en la utilización de productos fitosanitarios. Para aplicar veneno hay que hacerlo con control de la administración y con el menor impacto posible. El método es únicamente admisible como alternativa extrema, según todos los informes científicos y lo ordenado por la Directiva 91/414 CEE del Consejo.

5.- Si se hace algún control con veneno, como solución extrema, hacerlo con cebos sobre soporte de parafina, no sobre cereal, utilizando pastillas cautivas dentro de cajas o tubos enterrados, nunca en superficie, también en soporte de pellets de alfalfa colocados dentro de las toperas para que no tenga acceso otra fauna.

6.-La aplicación química debe interrumpirse de inmediato una vez controlada la progresión de la plaga o ante la llegada de condiciones meteorológicas adversas para la progresión de la plaga, lo que recomienda siempre que en caso de ser indispensable la aplicación de veneno, se haga al final del invierno por eficacia, pues es cuando la población está más limitada.

7.-En caso de control químico se deben recoger los cadáveres de topillos para evitar la propagación de la Tularemia y el envenenamiento por bioacumulación secundaria de predadores, especialmente rapaces.

8.-Utilizar cuerpos de vigilancia del Medio Ambiente (SEPRONA y guarderías) para controlar quemas y aplicaciones de rodenticidas, en caso de utilización extrema.

9.-Justificar las solicitudes y autorizaciones de control de predadores en tanto la densidad de topillos en el término sea excesiva. Dado que la plaga de topillos y su exceso de comida lleva implícito un incremento de las poblaciones de zorros en la temporada siguiente, regular la población una vez finalizada la plaga. Promover el incremento de otros predadores naturales.

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