¡Quién las hubiera pillado hace treinta años…! Parece mentira que en estos tiempos que corren, en pleno Siglo XXI, tras 35 años aguardando cochinos, de todos los elementos que utilizo para las esperas, sean las linternas las que más he visto evolucionar.
I. A. Sánchez | 15/11/2010
Y no, no es exageración, ni mucho menos. Algunos pensarán que tanto las armas como la óptica han evolucionado de forma mucho más significativa en las últimas décadas, pero mucho me temo que, de ser así, será en el aspecto estético, porque en el fondo, en las tripas, poco o nada han cambiado. ¡Pero si las acciones de la mitad de los rifles de cerrojo de hoy en día son prácticamente calcos de la original Mauser 98, que data del Siglo XIX! Sí, sí, del XIX, ni siquiera del XX…

Las lámparas de ambas linternas son halógenas, de xenón, de alta presión, y arrojan 270 y 293 lúmenes respectivamente.
Y en cuanto a la óptica, tres cuartos de lo mismo. Hemos avanzado en estética, en aligerar pesos, en variedad y en asequibilidad, pero hace setenta años, en la II Guerra Mundial, con un visor Ajack —montado, entre otros, precisamente sobre el Kar98k de Mauser— se hacía blanco a la nada desdeñable distancia de 500 metros, y con los Zf-42 de Zeiss, y con los Zielvier… maravillas ópticas que en poco difieren de las de hoy en día.
Más luz, más tiempo, menos peso
En definitiva, el «poder de fuego» poco ha variado, pero, ¿ocurre lo mismo con las linternas? Pues teniendo en la mano la Z-10 Targeter III, por ejemplo, salta a la vista que no. En pocos años hemos pasado de tener que utilizar una batería independiente de 12 voltios, un engorroso cable y una incómoda lámpara para poder iluminar con cierta solvencia a más de cien metros, a una pequeña linterna de mano, de poco más de 300 gramos y menos de una cuarta de longitud, que supera en muchos casos la potencia de los viejos focos de espera.

Así es la Z-10 Targeter III, una linterna de las conocidas como «tácticas», de diseño militar. Mide 22 centímetros y pesa 335 gramos. La campana delantera mide 56 milímetros de diámetro, y el cuerpo 25 milímetros, por lo que se puede montar con los anillos de una pulgada de las monturas convencionales.
El interruptor es trasero, funcionando de manera continua si lo giramos hasta hacer tope, o momentáneamente, pulsando el botón de goma sin llegar a apretar del todo el tapón trasero. Por detrás del cabezal encontramos un anillo que, al girarlo, descubre el jack de carga de la batería.
El pulsador remoto nos permite encender la linterna
con el arma encarada.
La era de los iones de litio La batería es de iones de litio (Li-Ion), muy superior a las obsoletas de níquel-cadmio (Ni-Cd) y a las más modernas de níquel-metálico hidruro (Ni-Mh), ya que ofrece cualidades casi idénticas a estas últimas, pero con menor peso y menor mantenimiento, siendo la autodescarga en las de Li-Ion muy inferior a la de las de metal hidruro, y careciendo además de efecto memoria, por lo que no necesita ciclos de mantenimiento para prolongar su vida.
La carga de esta batería se realiza en menos de cuatro horas, admitiendo 500 ciclos de carga/descarga, y otorga una autonomía de hora y media de uso continuo, por lo que podemos decir que, para un uso normal —en esperas—, no tendremos que preocuparnos por la carga de la batería en meses.

Los 270 lúmenes que arroja su microlámpara de xenón de alta presión y la concentración de su haz iluminan perfectamente cualquier objetivo bastante más allá de los cien metros, pero cualquier dato más preciso al respecto es siempre relativo, pues, obviamente, en una noche oscura sobre un amarillo rastrojo, nos atrevemos a decir que permitiría tirar a un cochino bastante por encima de los 250 metros, pero eso son circunstancias especiales.
HR-3 Frontline
Su hermana, la HR-3 Frontline, comparte muchas de las virtudes de la Z-10. De hecho, sus cualidades son prácticamente idénticas, siendo simplemente algo menor en todo.

Pese a la creencia de muchos, los refl ectores más anchos suelen concentrar más la luz que los más estrechos. El grande pertenece a la Z-10, el pequeño, a la HR-3.
Es un poco más pequeña, un poco más ligera (280 gramos), con la campana un poco más estrecha y tiene un poco menos de autonomía (50 minutos), y con todo y con eso resulta igual de práctica que su hermana mayor, pues su potencia es muy similar, incluso algo mayor (23 lúmenes más), pero su haz luminoso es un poco más abierto, por lo que 'alarga' algo menos, pareciendo perfecta para la inmensa mayoría de las esperas, pues alcanza igualmente con solvencia los cien metros de distancia, y ¿cuántos cochinos abatimos en espera tan lejos?
Conclusiones
En definitiva, y como decíamos al principio, aquí tenemos una buena muestra de la evolución que han sufrido los sistemas de iluminación autónoma en los últimos años, merced tanto al desarrollo de las nuevas baterías recargables, como al de las lámparas en sí, tanto las halógenas de alta intensidad que portan estas dos linternas, como los diodos emisores de luz (LED) que podemos encontrar en otros modelos de ésta y de otras marcas punteras.
I.A. Sánchez
¿La pinza de sujección al arma viene incluída en el equipo? De lo contrario, ¿Qué tipo de anillo es? ¿Para escopeta o para rifle?
Gracias por la información.
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