Con la llegada del calor, las eclosiones de los pollos y el nacimiento de nuevos gazapos y lebratos llenarán de vida todos los rincones peninsulares. Durante esta fase, los campos de cultivo, con los frutos próximos a madurar, constituyen el hábitat ideal para las especies de caza menor, ofreciendo alimento, refugio y tranquilidad.
Jesús Llorente | 07/06/2010
Sin embargo, en pocas semanas o días, dependiendo del área al que nos refirarnos o del tipo de cultlvo, comenzará su siega o recolección, que como veremos a cotinuación puede llegar a convertirse en una de las fases más críticas para la fauna que habita en los agrosistemas, y de forma especial para las especies de caza menor.
Desde hace décadas, las especies silvestres han sabido adaptarse al paisaje seminatural que suponen los campos de cereal desarrollando parte de su vida y en particular el periodo de cría en ellos. Gracias a la sincronización entre ciclo vital y el ritmo de las labores agrícolas hasta ahora, lograban casi siempre concluir la reproducción y cria antes de que llegara la cosecha, sin que se registrara ningún tipo de interferencia.

Sin embargo, actualmente junto al importante desarrollo de la moderna maquinaria agricola, que cada vez es capaz de realizar la labor de recolección con mayor rapidez, hay que unir el que cada vez se siembran variedades de cereales de ciclos más cortos y que por tanto no permiten la sincronía de los ciclos agrícolas y los procesos de cría de las especies.
Como consecuencia de esto, en los últimos años, las labores de siega/empacado de los forrajes de recolección de los cereales, acaban con un número importante de ejemplares, tanto adultos como jóvenes. Los primeros, debido a que tienen muy desarrollado el instinto de protección de su prole, que les hace perder su vida para salvar la de sus crías, mientras los jóvenes sucumben como consecuencia de que no han desarrollado todas sus facultades físicas y por tanto son incapaces de huir a tiempo.

Sin embargo, con unas pequeñas modificaciones en la forma de realizar la cosecha se puede conseguir mucho, sin que la recolección agrícola tenga que suponer cosechar la fauna, ya que tomando unas mínimas precauciones los intereses de agricultores y cazadores no deberían interferir. A continuación vamos a comentar algunas actuaciones que minimizarían el impacto de esta actividad:
• Un sistema de cadenas o lonas colocado en la parte delantera de las máquinas agrícolas anticipará la huida de la fauna más próxima, evitando muchas muertes.
• La labor de recolección o siega de forrajes que debe comenzarse circundando el campo de cultivo en una primera vuelta continuando después desde el centro hacia los lados, de forma que se abra un pasillo de escape para los animales, que son espantados del centro hacia los márgenes, disminuyendo de esta forma el riesgo de que sean atropellados por la máquina que realiza esa labor.
• Para advertir Ia presencia de maquinaria que permita la huida de animales adultos y de sus crías es muy recomendable colocar delante de las máquinas un sistema de barra colgante con cadenas o lonas que con su ruido o movimiento anticipen la huida de los animales.
• Adecuar las velocidades de cosechadoras, empacadoras y segadoras a la capacidad de huida de los animales, no superando los 4 km/hora y disminuyendo la velocidad en los casos de que se detecte la presencia de crías. De este modo, se evitarán muertes innecesarias.
• Evitar realizar estas labores durante la noche, dado que la iluminación artificial deslumbra a los animales disminuyendo su capacidad de huida.
A través de estas pequeñas precauciones o leves modificaciones en el modo habitual de realizar algunas labores agrícolas es posible incrementar apreciablemente la vida silvestre de los campos de cultivo. Esperamos que sean puestas en práctica.
Jesús Llorente
Sobre todo en la cebada ke es un sitio donde a las perdices les gusta anidar y pueden morir por segarlas.
Cierto es todo lo que argumentas y los demás opinais, pues lo comparto totralmente, pero tambien es cierto que los agricultores-ganaderos la mayoria son tambien cazadores, y como sabeis el ambiente no esa para decirles cuando y como tienen que cosechar, sus intereses economicos van muy por delante de nuestro interes en evitar estas muertes. Yo no dudo en la capacidad de respuesta positiva ante unas alternativas viables de lo agricultores para evitarlo. Pero a veces es bastante complicado. Lo bueno de todo esto, es que dando a conocer estas actuaciones, quien las practique intentará adaptarlas dentro de sus posibilidades. Un saludo y enhorabuena.
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