Hungría: llegó el momento del codiciado corzo

Hungría: llegó el momento del codiciado corzo

A pesar de las estadísticas, es difícil reconocer qué país destaca más por gozar de los mejores trofeos. En Europa el corzo vive en zonas muy extendidas, pero sí es cierto que la subespecie húngara es la más frecuente.


Son más de 30.000 corzos machos los que se abaten cada año en el país magiar. Esta cifra aproximada se viene repitiendo desde hace cinco años y cada temporada acuden más cazadores a Hungría, en su mayoría franceses, alemanes, españoles, austriacos y belgas, a perseguir el dichoso capreolus.

 

El duende de las llanuras húngaras

La caza en los ámbitos rurales de Hungría es un bien común y complementa notablemente la agricultura como fuente de inversión. La labranza a gran escala y la caza del corzo conviven perfectamente, ya que su hábitat se ve ampliado, dado a que encuentra más tranquilidad y alimento abundante. El turismo vacacional apenas visita estas llanuras, salvo en determinados puntos del lago Balaton, en el corazón del Transdanubio, lugar de veraneo de 250.000 familias de Budapest, Austria y Alemania.

No podemos esperar demasiado para acudir a Hungría, ya que la hierba crece muy rápido y sólo se ven las cuernas de los corzos, como la de este macho que presentaba un magnífico trofeo de 500 gramos.

En contraposición, esta gran estepa sí recibe cazadores durante todo el año, ya que el país de los hunos reúne una envidiable calidad de hábitat en sus 80.000 km2 de territorio de caza, para las mismas especies cinegéticas que podemos abatir en España.

 

Los mejores corzos de Hungría

Sin lugar a dudas, los mejores trofeos están en la zona de las orillas de los ríos Tisza y Körös, en las provincias de Szolnok y Békes, en el este; es decir, en la Gran Llanura, Alföld, como la llaman los húngaros. Sus fronteras limitan con Rumania, Serbia y Croacia y representa casi la mitad del territorio húngaro (50.800 km2). Su carácter de auténtica llanura se refleja en el hecho de que su punto más alto está a 176 metros de altitud, cerca de Debrecen (capital de la Gran Llanura), en el noreste, y el más bajo, con 76 m, se encuentra al sur, junto a Szeged.

 

Esta zona ocupa gran parte de Europa, formada por materiales sedimentarios y una capa de rocallas depositadas durante la glaciación. Algunos de los suelos más fértiles de Europa se encuentran en esta llanura, extendiéndose desde el suroeste de Francia hacia hasta alcanzar el interior de Rusia occidental.

La temporada de caza para el corzo es desde mayo a fin de septiembre. A los extranjeros se les autoriza a cazar con un permiso de caza emitido por las autoridades húngaras. Para solicitar tal permiso se necesita: contrato de caza, carta de invitación, licencia de armas y permiso para introducir el arma.

En la imagen, Julio González con el triplete de corzos de 350 gramos que hizo su cliente en la inmensa planicie magiar.

La vida animal que se encuentra en estas zonas surcadas de grandes ríos es impresionante, debido a las tierras fértiles, la comida abundante y la tranquilidad para los corzos. El rececho en la gran llanura está decorado con centenas de liebres, faisanes, codornices, multitud de acuáticas, rapaces, etc., y si bien es cierto que hay zorros, igualmente se cazan con más facilidad que en España.

 

El corzo en esta región goza de exclusividad territorial total, tan sólo convive con caza menor, algunas alimañas y jabalíes con una densidad algo reducida frente al oeste del país. Aquí localizamos los corzos siempre desde el coche, ya que la única defensa de esta especie es el centro de la llanura. Una vez seleccionado realizamos la aproximación a pie; otras veces, la única manera es tirar desde el coche.

Las grandes extensiones y una correcta gestión cinegética permiten a los cazadores más exigentes cazar en determinados cotos corzos de categoría récord, como el que se muestra en la foto, con un peso de 800 gramos. Este ejemplar fue record de Hungría durante dos temporadas.

El secreto de los corzos húngaros: gran extensión de sus cotos, excelentes condiciones naturales, gran cantidad de agua y alimento, correcta gestión y una legislación que fomenta la caza.

El spoter para juzgar el peso del trofeo y el trípode son instrumentos imprescindibles en Hungría.

 

Texto: Julio González Marco (Atlas Hunting Outfitters).
Fotos: Julio González Marco y Oficina de Turismo de Hungría.

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