Tremendo mazazo a los elefantes

Un santuario natural, el Parque Nacional de Zakouma, situado entre el sur de Chad y el borde meridional de la región del Sahel, muy conocido por albergar algunos de los más grandes rebaños de elefantes de todo el continente africano, ha sufrido el abandono y la mala gestión y han bastado solo dos años para que la guerrilla y los furtivos lo hayan colocado a las puertas de la desaparición.


 Foto: Isabel de Quintanilla.
Foto: Isabel de Quintanilla.
El Parque Nacional de Zakouma, en Chad, arrasado por la guerrilla y los furtivos
En mayo del pasado año se efectuó el último recuento de especies. La mayor parte de las especies mostraban un estado relativamente saludable, pero la más importante de todas, reveló una de las mayores tragedias naturales del continente africano en la presente década. Su especie más emblemática, las míticas manadas de elefantes de Zakouma, que suponían la tercera parte de la población del mamífero de toda África Central, y que tan sólo dos años antes estaba formada por concentraciones de varios miles de individuos, prácticamente había desaparecido. Los datos son la mejor referencia del drama: de los 4.305 ejemplares censados en 2002, se había pasado a los 930 estimados en 2008. Durante el conteo, los biólogos detectaron el doble de esqueletos de elefantes que de individuos vivos. A pesar de la ayuda internacional, entre otras de la Comisión Europea, las circunstancias originaron, desde su creación como parque nacional en 1963, un irrefrenable declive de las especies animales, en especial la jirafa, el rinoceronte —cuyo último ejemplar fue abatido a finales de los 70—, y el elefante, que en aquella década contaba a más de 300.000 individuos y que en 1985 vio reducida su población a unos 1.100 ejemplares. En 2001, el biólogo español Luis Arranz se convirtió en director del espacio natural con un ambicioso proyecto que le devolvió la salud. A lo largo de siete años, con el mecenazgo de la Unión Europea y a pesar de los momentos complicados en el vecino Darfur, así como en las revueltas e intentos de golpes de estado vividos en Chad, los 4.500 elefantes censados entonces marcaron la recuperación de Zakouma. En 2008, la localización del elevado número de esqueletos demostró que la matanza sucedía en ese momento. Se produjeron masacres de rebaños enteros de paquidermos —se descubrieron 619—, como demostró el hallazgo de 63 ejemplares en una pequeña superficie. Las contiendas civiles en Chad y el desastre del Darfur sudanés son los culpable de esta tremenda carnicería. La necesidad de fondos para las guerrillas, grupos armados o simples delincuentes, con la connivencia de oficiales chadianos, han convertido al marfil en una fuente de riqueza rápida y Zakouma es su fuente de abastecimiento.
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