Desciende el furtivismo de ejemplares de elefante africano desde que alcanzara su pico en 2011

El furtivismo de ejemplares de elefante africano para comerciar con el marfil de sus colmillos parece haber caído, según un reciente informe publicado por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).


Más patrullas en los parques nacionales, mejores técnicas forenses para rastrear el origen de los colmillos de elefante y una fuerte campaña llevada a cabo en China, principal mercado para el marfil, para combatir la corrupción, entre otros factores, están influyendo en el descenso de las matanzas, señala John Scalon, secretario general de Cites. «Aunque estamos lejos de resolver el problema: necesitamos cambiar las tendencias actuales», declara. Alrededor del 60% de los elefantes silvestres que murieron en 2015 fueron víctimas de furtivos, un porcentaje que ha caído desde el 80% de 2011 (cuando los cazadores ilegales mataron 30.000 ejemplares). «Pero estamos aún en cifras alarmantes: mueren alrededor de 10.000 ejemplares cada año», subraya Scalon.

Medio millón de elefantes

Kenia, por ejemplo, anunció en abril que quería fortalecer la prohibición que existe para el comercio de miles de colmillos de elefante y cuernos de rinoceronte que almacena el Gobierno. Zimbabue, en cambio, ha anunciado que la mejor forma para obtener dinero con el que financiar los costes derivados de la conservación de los 83.000 elefantes que alberga el país consiste en permitir la venta de estos stocks. La última venta legal de marfil africano procedente de ellos a China y Japón fue en 2009. África contaba con 1,2 millones de elefantes en la década de 1970; en la actualidad, sobreviven en libertad unos 500.000 ejemplares.
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