Reunión de CITES

El destino de los elefantes, rinocerontes y otras especies en peligro podría decidirse estos días en la reunión sobre la regulación del comercio de vida silvestre en Bangkok. Desde el 3 de marzo, los delegados de los 177 países miembros de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), están reunidos para examinar las propuestas de aumentar o reducir la protección no sólo de mamíferos emblemáticos, sino también de otras especies como tiburones, tortugas y especies maderables.


La cumbre llega en un momento en que el comercio de marfil y otras partes del animal se está disparando, impulsado por la creciente demanda de la cada vez más rica Asia, donde dichos productos han sido apreciados para usos decorativos y medicinales desde hace mucho tiempo. Debido a este aumento en la demanda, el furtivismo sobre algunas especies ha alcanzado niveles récord. Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), se matan ilegalmente alrededor de 30.000 elefantes africanos al año por sus colmillos. El año pasado, se perdieron 668 rinocerontes debido a los furtivos solo en Sudáfrica, un 50 por ciento más que en 2011. Y parece que en 2013 se va a romper romper el récord de 2012, con 128 rinocerontes ya muertos por sus cuernos, que alcanzan hasta los $65.000 dólares USA por kilogramo en el mercado negro, más que los diamantes, la cocaína o el mismo marfil, que según Tony Sánchez-Ariño alcanza un valor de $2.000 dólares USA en China. Con estas tasas de furtivismo, los elefantes y los rinocerontes de África podrían desaparecer en un par de décadas, según algunas estimaciones. En 2011, dos subespecies, el rinoceronte negro occidental de África y el rinoceronte de Java de Vietnam, fueron declarados extintos, principalmente debido al furtivismo. El hecho de que la reunión de CITES se realice en Tailandia es significativo. La nación asiática es una importante puerta para el comercio ilícito de especies. Cada año los funcionarios decomisan decenas de miles de animales vivos (desde tortugas a tigres) de contrabandistas que los intentan pasar entre la ropa, maletas y cajas para sacarlos del país. El marfil ilegal de elefantes y cuernos de rinoceronte son también incautados de modo rutinario en grandes cantidades. Tailandia tiene también un floreciente mercado de marfil legal, gracias a sus leyes que permiten la venta de marfil de sus elefantes domésticados. La mayor parte del marfil se vende a los turistas extranjeros en tiendas de curiosidades. Los críticos dicen que los delincuentes aprovechan las leyes que permiten este comercio para el blanqueo de marfil ilegal de elefantes africanos. De hecho, la presión externa para que Tailandia prohiba todo el comercio de marfil ha ido en aumento en los días previos a la reunión de CITES. El WWF y TRAFFIC recientemente emitieron una declaración pidiendo sanciones económicas para los países que no frenen sus mercados de marfil, señalando a Tailandia, Nigeria y a la República Democrática del Congo como los principales infractores. Y el 27 de febrero, el WWF presentó al primer ministro tailandés Shinawatra Yingluck una petición para prohibir todo comercio de marfil en el país. La petición contenía más de medio millón de firmas. El New York Times informa que se espera una declaración de Tailandia sobre un cambio en su política de marfil en la apertura de la reunión de la CITES. Mientras tanto, Sudáfrica está considerando levantar la prohibición del comercio de cuernos de rinoceronte y la cría comercial de animales en fincas en un intento por salvar a los animales. «La realidad del asunto es que los rinocerontes se matan ilegalmente por sus cuernos en Sudáfrica en estos momentos», dijo el ministro de Medio Ambiente Edna Molewatold en una rueda de prensa, según AFP. «Hay una moratoria sobre el comercio en Sudáfrica, pero aún así salen de nuestro país. Así que vamos a estudiar otros mecanismos». Samuel Wasser, director del Centro para la Biología de Conservación de la Universidad de Washington, dijo a NBC News que un enfoque más eficaz para salvar rinocerontes sería centrarse en eliminar las redes criminales que controlan el comercio de marfil de elefante. «Si logramos eso, también conseguiremos tener el furtivismo de rinocerontes bajo control, ya que son los mismos grupos del crimen organizado los responsables de ello». El trabajo de Wasser en el seguimiento genético del origen del marfil decomisado indica que los furtivos están concentrando sus esfuerzos en unos pocos puntos. Si es así, centrar los esfuerzos de aplicación de leyes sobre estos puntos podría ser la mejor manera de detener el furtivismo. El debate en torno a la manera de abordar el comercio ilegal de vida silvestre, será sin duda intenso en la reunión de CITES, entre el 3 de marzo y el 14 de marzo. Entre las 70 propuestas presentadas, 10 recomiendan la eliminación de la lista de especies protegidas por CITES, ya que se han extinguido. Esperemos que los elefantes y los rinocerontes no sigan ese camino en futuras Cumbres.
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