Los topillos han servido de comida fácil para los depredadores, lo que ha preservado a las especies cinegéticas
«El cazadero empezó mal, ha habido muchos altibajos porque hubo algún foco de enfermedad en verano, pero también en invierno. Cuando más se han visto ha sido al final, en los últimos domingos», explicó el presidente de la Federación de Caza de Castilla y León, Luis Ciria. Y es todos coinciden en señalar que la presencia de los topillos en la comunidad ha influido tanto negativa como positivamente en la caza.
«Han servido de comida fácil para los depredadores, lo que ha preservado a las especies cinegéticas; y en el lado negativo hay que apuntar que el tratamiento con anticoagulantes ha causado efectos negativos sobre algunas especies cazables como las liebres», destacó el delegado provincial de caza, José Antonio Prada.
Por otro lado, los cazadores de la región siguen manifestando su preocupación por la entrada en vigor de la Ley de Patrimonio Natural aprobada por la ministra Cristina Narbona. Según Prada, esta normativa
«supone una seria amenaza para los cazadores, no sólo es la prohibición de utilizar cartuchos de plomo en determinadas zonas, es por otras muchas cosas». Por este motivo, el delegado provincial hizo un llamamiento a los cazadores castellanoleoneses para acudir a la manifestación del próximo 1 de marzo en Madrid
«para reivindicar futuro para el ámbito rural».
