Mesa redonda: la Ley de la Biodiversidad

La Asociación de Titulares de Cotos, Cazadores y Actividades afines a la Caza (Ática) de Ciudad Real y Toledo celebró en la tarde del jueves, en el Pago del Vicario, una interesante mesa redonda sobre el futuro de la caza y el sector agrario, en peligro tras la reciente aprobación de la Ley de Patrimonio y de la Biodiversidad, también conocida como la Ley del Plomo.


Han despertado a un gigante, pacífico y tranquilo, que no parará hasta recuperar su dignidad y sus derechos
Como ponentes intervinieron el presidente de Ática, Fabián Carbelo, el vicepresidente de la Unión Nacional de Asociaciones de Caza (UNAC), Juan Caballero de la Calle, el columnista del diario La Razón y experto cinegético Antonio Pérez Henares, el presidente de Asaja, Pedro Barato, y el secretario de la Real Federación Española de Caza, Santiago Ballesteros. Ante un centenar de asistentes, los ponentes coincidieron en resaltar la gravedad del futuro agrario y cinegético por la aprobación de una ley «intervencionista y confiscatoria que no ha contando con la opinión de agricultores, ganaderos y cazadores y que nos obliga a una reacción sería y organizada porque el campo, tal y como hoy lo conocemos, puede estar llamado a desaparecer». Antonio Pérez Henares presagió un panorama sombrío para provincias tan cinegéticas como Ciudad Real, donde la caza puede dejar de existir en un 40% de su territorio. «El talibanismo ecologista del ministerio de Medio Ambiente se ha empeñado en borrar al hombre del campo. Es un error global, como demuestra la política llevada a cabo con el lince en Doñana. Los hombres del campo sabemos preservar la naturaleza y, de hecho, nosotros hemos sido durante siglos quienes hemos cuidado mejor el campo, de una forma ordenada, y hemos vertebrado el territorio con un absoluto respeto a la naturaleza». Los ponentes consideraron fundamental la respuesta que el campo español va a dar al Gobierno en la manifestación preparada para el 1 de marzo en Madrid. En su opinión, puede ser el punto de inflexión de «una ley desgraciada y arbitraria». Pedro Barato quiso ser claro: «Si logramos que Madrid se llene de agricultores, de ganadores y de cazadores en defensa de lo legítimo, si logramos despertar la conciencia ciudadana sobre la gravedad de este asunto, y si logramos que nuestros gobernantes sean receptivos sobre el daño que esta ley puede ocasionar, entonces estoy seguro de que podremos darle un vuelco definitivo a esta situación. Eso si, para conseguirlo el 1 de marzo debemos estar todos en Madrid, todos». Juan Caballero lamentó la llegada de esta ley aunque recordó que «los ataques indiscriminados a la caza vienen produciéndose desde hace muchos años, época en la que sólo unos pocos, con Ática como buen ejemplo, nos dedicábamos a la defensa del sector». Caballero acusó directamente a los gobiernos socialistas de Castilla-La Mancha «de someter a los cazadores a unas restricciones imposibles, que ahora tienen su punto más álgido con esta ley, contra la que tan sólo han organizado unas tibias maniobras de salón. Estoy convencido de que todo esto se les va a volver en contra». A lo largo del debate surgieron las principales inquietudes que provoca la ‘Ley del Plomo’, aprobada definitivamente en el Congreso el pasado 14 de diciembre. Una de las grandes preocupaciones reside en el carácter confiscatorio de la norma promovida por Cristina Narbona, que prevé métodos de confiscación parcial de los usos y derechos de cazadores, agricultores y ganaderos y que pueden acabar con la caza en la región. «De hecho, la ley habilita a la administración a ejercer el derecho de tanteo y retracto, durante un año, sobre usos y derechos y propiedades por motivos, por ejemplo, paisajísticos, lo que en realidad, si esto se aplica mal, es un auténtico ataque contra el derecho a la propiedad», tal y como explicó Pérez Henares. Las limitaciones de la ley ponen en peligro las transacciones comerciales de terrenos y los sistemas de gestión y aprovechamiento de los cotos, dado el poder de intervención que esta ley ha otorgado a la administración. «Creemos que no han tenido en cuenta que el campo es esencial para la producción agraria y ganadera, además de cuidar del territorio y la naturaleza. Y comprobamos que tampoco han tenido en cuenta que en algunas provincias la caza representa el 25% de su Producto Interior Bruto (PIB), que la caza fija los habitantes en sus pueblos, o que la caza genera unos ingresos de 4.800 millones de euros anuales, que es bastante más que el dinero producido por todo el sector del vino, por ejemplo», subrayó Pérez Henares. Los ponentes también lamentaron la prohibición del uso del plomo «sin que haya existido una negociación previa, sin ofrecer una moratoria hasta que logremos otro tipo de cartucho que no contamine». «Es inaudito e inexplicable que esto haya sucedido de la noche a la mañana sin explicación alguna», según comentó el presidente de Ática, Fabián Carbelo, que acusó a la ministra Narbona de mentir «cuando hace poco aseguró haberse reunido con el sector cinegético antes de lanzar la ley. Es falso». Por último, asistentes y ponentes se congratularon «por el único aspecto positivo que ha producido esta ley». «Paradójicamente la ministra ha conseguido ponernos a todos de acuerdo, y esto es un éxito por el que debemos felicitarla, porque es verdad que nuestra falta de unión nos ha perjudicado, y mucho». «Ahora, han despertado a un gigante, pacífico y tranquilo, pero un gigante de más de 1 millón de agricultores, ganaderos y cazadores españoles que no vamos a parar hasta recuperar nuestra dignidad y nuestros derechos».
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