Cazadores a sueldo

Es algo que se veía venir, y que en muchos de los artículos relacionados con la gestión y control de poblaciones se ha ido anunciando a los cuatro vientos.


El aumento de restricciones, vedas, espacios protegidos, etc., que cada año dictaminan las Administraciones Públicas, está derivando, en algunas situaciones, a la superpoblación de animales silvestres, en muchos casos de carácter cinegético, que están originando serios problemas. Desde los más trágicos, cuando nos referimos a los accidentes de tráfico, hasta los económicos, por los daños a la cabaña ganadera o a la agricultura, su rango de afectación es variable, pero sus causantes son comunes, el aumento de la fauna. Este es el caso del lobo, uno de los animales que más conflictos crea entre cazadores, ganaderos, y Administración. Los desmedidos casos de ataques que vienen sufriendo en algunas comarcas del sureste francés, ha derivado en un hecho sin precedentes, que no es otro que la contratación de grupos de cazadores para proteger a los rebaños de estos cánidos. Así, la ministra francesa de Ecología, Ségolène Royal, anunció que ha encargado la constitución de un equipo de cazadores que se encargará de proteger los rebaños de ovejas de los ataques de los lobos, que se han incrementado en los últimos años por el sureste del país. El equipo estará compuesto por una decena de funcionarios titulares del permiso de caza que se integrarán en una célula de apoyo a las operaciones de intervención para el lobo que existe para el área Alpes-Mediterráneo-Córcega, como así anunció el Departamento de Ecología francés en un comunicado. La misión de estos cazadores a sueldo será la de acompañar a los ganaderos que han sufrido repetidos «ataques excepcionales». Además, tendrán la obligación de participar, junto a agentes de la Oficina Nacional de la Caza y de la Fauna Silvestre en operaciones para asustar e incluso abatir lobos, con el fin de constatar los daños causados. Estas decisiones se han tomado tras la constatación de que los ataques del lobo en Francia se han duplicado en los últimos cinco años (en el periodo de julio de 2014 a julio de 2015 hubo 8.500 corderos muertos). La consecuencia de todo eso es que el presupuesto para la protección de los rebaños y el pago de indemnizaciones por los ataques ha subido a más de 15 millones de euros este año. No tardaremos en ver situaciones como estas aquí en España, en donde algunas zonas del norte peninsular, como Asturias y Castilla y León, la situación empieza a ser preocupante, mientras que la respuesta por parte de las Administraciones es nula.
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