Hasta esta preciosa finca toledana, situada en el término municipal de Nambroca, nos desplazamos para participar en una jornada de caza en mano y festejar así el comienzo de lo que se intuye será una de las mejores campañas cinegéticas de los últimos años.
Poco a poco los participantes fueron llegando hasta la casa de la finca y con rigurosa puntualidad, siguiendo el planing elaborado para la el desarrollo del día, pasamos al salón principal para desayunar unas buenas migas con huevos.
En la tertulia de la mañana, “Juanchi” destacó las bondades de “la primavera larga y verde”, que ha permitido la cría de conejo en el mes de julio, una segunda puesta de huevos de los faisanes, y como no, las extraordinarias polladas de perdices que han salido adelante. Esto ha sido gracias a las lluvias que “han caído agua a pedir de boca”, con precipitaciones mansas de tres y cuatro días registradas a finales de junio. A estas circunstancias meteorológicas hay que añadir los esmerados e intensos cuidados que tiene la finca, pues Mochares cuenta con 100 hectáreas de siembras parceladas para alimento de especies, donde destacan la cebada, el centeno y la berza como sustento principal, así como 30 fuentes artificiales de agua, comentó el propietario.
Tras la distendida conversación durante almuerzo y aprovechando el frescor de la mañana, más de lo habitual para estas fechas, los participantes se dividieron en dos grupos para salir a cazar por diferentes lugares del coto.
No tardamos mucho en cotejar los comentarios matinales de “Juanchi” y volver a comprobar las excepcionales cualidades que tiene Mochares para albergar caza menor, y nada más salir de la casa se empezaron a oír los primeros disparos.
La buena labor de Blas, uno de los guardas del coto, empezó a dar sus frutos, pues despacio y ordenadamente hacía avanzar la mano, facilitando el trabajo de los perros y la arrancada de las piezas de pelo y pluma.
Conejos, liebres, perdices iban apareciendo entre las esparteras, tomillos y retamas que configuran el horizonte de la finca y la escopetas ya sólo tenían que jugar el lance.
Y es que Mochares con sus al más de unas 800 hectáreas, ofrece a los aficionados a la escopeta un marco incomparable para abatir especies de caza menor como la perdiz, el conejo, el faisán o la liebre. Además se pueden practicar diversas modalidades como la caza en mano, la suelta directa de faisanes, ojeos de perdices, perdiz con reclamo y conejos en descaste, sin olvidar la media veda con tiradas de tórtolas y torcaces.
Terminada la cacería alrededor de las 14:30 horas, regresamos a la casa principal para reponer fuerzas y deleitarnos con otra de las joyas que posee la finca, su excelente cocina tradicional.
Gracias a las mejores materias primas y productos naturales, junto con las magníficas dotes culinarias de la anfitriona, pudimos degustar ricos y variados platos como gazpacho andaluz, ensalada de perdiz con frutos y arroz con pollo de corral, además de una buena gama de dulces caseros.
Sin duda un broche de oro para la primera jornada de caza de la temporada, en la que Mochares ha empezado abriendo la puerta grande.
Cómo llegar
La Finca Mochares se encuentra en el kilómetro 8,500 de la carretera N-400 dirección Ocaña, al lado de la ciudad de Toledo, y a 500 metros de la Hípica de esta localidad. Después de recorrer 3,5 Km. de un camino de tierra que se encuentra señalizado a la derecha de la carretera en dirección a Ocaña, se accede a la gran puerta de entrada de la finca. El sendero también está señalizado y no tiene pérdida: sólo conduce a la entrada de la finca.
Es recomendable desplazarse con vehículos 4x4, aunque la finca dispone de vehículos especiales para trasladar a los cazadores que no los lleven.
Información
Para más información y reservas, los interesados pueden llamar al 689 851 073, visitar la Web: www.fincamochares.es o contactar a través del correo electrónico: informacion@fincamochares.es
