Este certamen, basado en las tradiciones del municipio, defiende con ahínco las actividades agroganaderas y cinegéticas, tan ligadas al ámbito rural.
El éxito cosechado por sus cinco ediciones anteriores ha demostrado que esta feria es una de las formas de promoción de los recursos regionales más rentable, al ser uno de los instrumentos de marketing que mejor se ha adaptado a la pequeña y mediana dimensión de las empresas locales.
Ya en anteriores ediciones sus resultados han sido altamente positivos. El ayuntamiento intenta realizar un gran esfuerzo con la organización de esta feria, ya que el objetivo principal de la misma es dar apoyo a todos los emprendedores del municipio, en tiempos difíciles como éstos, además de dar el auge que corresponde a los comercios y empresas existentes en la población.
Este año, en los más 4.000 metros cuadrados de recinto, la estructura de la feria ha contado con una zona de expositores; otra área de productos agrícolas y de alimentación; una tercera con corraletas dedicas al sector bovino y lanar; una zona de venta y exposición de perros y cachorros podencos campaneros, charnegos valencianos, ibicencos, pachón navarro, dogos argentinos, perros de muestra y perros de rehala, etc. ; y, por último, un área agroalimentaria.
Además, los más de cinco mil visitantes de la feria han podido tomar parte en conferencias, espectáculos ecuestres, vuelo de aves rapaces, exposición de fotografía agroganadera, talleres demostrativos del arte del esparto, cestería, madera, forja, artesanos del Alto Palancia, exposición de boletus, espectáculos culturales y un largo etcétera, así como degustar dos paellas gigantes que se elaboraron para el público que quiso acudir hasta Barracas estos días.
