En estos estudios se muestran los principales linajes genéticos que existen en la Península Ibérica y sus relaciones con otras subespecies de ciervo de Europa.
El ciervo de la península Ibérica constituye una subespecie singular
(Cervus elaphus hispanicus), que ha sido moldeada por los períodos glaciales e interglaciales que han marcado su diferenciación y semejanzas con otras subespecies europeas. El interés cinegético de esta especie ha hecho que se hayan producido y se sigan produciendo translocaciones, tanto entre zonas dentro de la Península como desde otros lugares de Europa. Los ciervos de otras subespecies introducidos en las poblaciones españolas provocan la introgresión de genes extranjeros que ponen en riesgo la conservación del ciervo ibérico.
Desde hace años, el equipo que lidera el profesor Carranza, anteriormente en la Universidad de Extremadura y en la actualidad en la CRCP de la Universidad de Córdoba, ha llevado a cabo diversos proyectos de investigación que han resultado en un procedimiento genético que permite controlar las introducciones de ciervos extranjeros. Desde el año 2003 el test genético se viene utilizando en la homologación de trofeos por parte de la Junta Nacional de Homologación de Trofeos de Caza y para las autorizaciones de introducciones por parte de algunas comunidades autónomas.
Una vez presentado este procedimiento en el MARM, el siguiente paso es elaborar un protocolo para su aplicación coordinada en todo el territorio español, así como en Portugal, para lo cual ya se ha firmado un convenio con la Universidad de Aveiro con el fin de trabajar conjuntamente para la aplicación del protocolo genético en el país vecino, ya que el área natural de distribución del ciervo ibérico abarca ambos países.
