Cruz de navajas entre dos grandes jabalíes
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Cruz de navajas entre dos grandes jabalíes

A pleno día y bajo la atenta mirada de un cazador, dos machos de jabalí se enzarzan en una dura pelea en la que los contrincantes tratan de infringir graves heridas con sus afilados colmillos a los costados de su oponente.


Cuando dos cochinos de gran tamaño se encuentran en el periodo de celo o en un punto de agua o alimento es inevitable que se produzca un enfrentamiento entre ambos. El objetivo de estas cruentas peleas es expulsar a su rival para quedarse con el territorio y las hembras que lo habitan.

Pelea a navajazos entre dos enormes jabalíes

La página brasileña especializada en caza Caçada da javali ha publicado en su página de Facebook la violenta lucha entre dos grandes jabalíes. Las embestidas son terroríficas. Los dos machos armados de unas largas y afiladas navajas se enfrentan en un claro del bosque. Ninguno de los dos ejemplares se amilana ante las acometidas de su rival. Ambos cochinos tratan de desgarrar los costados de su oponente para mermar sus fuerzas.

Afortunadamente, en contadas ocasiones estas peleas finalizan con la muerte de uno de los contrincantes. Los suidos cuentan con una capa de pelo y grasa que impide que los cortes alcancen zonas vitales. Es habitual abatir cochinos con un mosaico de cicatrices en su cuerpo, sobre todo en el abdomen, las extremidades delanteras y traseras, cuello y el costillar, como consecuencia de estas batallas.

Resulta sorprendente la capacidad de recuperación y de sanación de la especie para sobreponerse de las heridas sufridas en sus cuerpos.

El celo del jabalí, desencadenante de peleas

Es frecuente, durante el periodo de reproducción del jabalí, que tiene lugar en España principalmente desde octubre hasta finales de diciembre, que aumente el número de enfrentamientos entre los grandes machos debido a que los ejemplares de este sexo se desplazan decenas de kilómetros de sus territorios habituales para buscar hembras en celo.

Las primeras hembras se mostrarán receptivas a principios de octubre ayudadas por la lluvia otoñal, que hace crecer los pastos. Pero es en noviembre cuando el celo afecta a la mayoría de las hembras de la especie.

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