Estudio

Al prohibir la caza, ¿cómo se controlarán ahora los jabalíes en parques nacionales?

Esto es lo que viene a plantear en resumidas cuentas un nuevo estudio realizado por el Instituto Universitario de Investigación en Gestión Forestal Sostenible (iuFOR) —centro mixto de la Universidad de Valladolid y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA)—, el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA-CSIC), el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos y la Universidad Complutense de Madrid.


  jabalíes
jabalíes

En el estudio realizado se han abordado distintos temas, como la gestión de la sobreabundancia de algunas especies, como el ciervo y el jabalí en determinadas zonas, principalmente en parques nacionales. Para ello se ha realizado una encuesta para ver qué considera la población y en qué medida es favorable al control y a partir de qué medios.

Consecuencias negativas de la sobreabundancia

En muchas zonas se está dando un crecimiento fuera de control de algunas especies de animales silvestres, como es el caso del ciervo y el jabalí. En consecuencia, hay una serie de repercusiones negativas que se ven reflejadas en el medioambiente y además en la economía.

En determinados lugares donde la evolución de la especie está relacionada con actividades como agricultura, ganadería y la caza, la gestión de estos incrementos de población es necesaria, ya que es una forma de gestionar las consecuencias que afectan al conjunto del ecosistema.

Sin embargo, en el caso de los parques nacionales, el tema del control de las especies está generando debate en los últimos meses, en el que hay disparidad de opiniones sobre el posicionamiento ante la intervención del ser humano para el control y gestión de especies.

Resultados del estudio

Según el estudio realmente el 95% de las personas que han realizado la encuesta coinciden en que es necesario controlar los daños ocasionados por la sobreabundancia de ungulados silvestres en espacios protegidos como los parques nacionales. Por el contrario, en el caso del método a seguir para realizarlo, no hay un consenso.

¿En qué se basa este estudio?

Este estudio ha tomado como referencia los casos de parques nacionales como Monfragüe (Extremadura) y Cabañeros (Castilla-La Mancha) ya que en cada uno se presenta un preocupante problema de superpoblación de ungulados silvestres que probablemente dé lugar a la degradación ambiental del lugar.

«Estos espacios protegidos tienen en común un paisaje generado por la acción tradicional del ser humano, de modo que las actividades humanas han formado parte del equilibrio de sus ecosistemas, dando lugar a áreas adehesadas», añade María Martínez Jáuregui, investigadora del iuFOR.

Así, en dicha investigación se cuestiona que, si se conoce el hecho de que son espacios naturales creados o modificados por la acción humana, habría o no que controlar el tamaño de las poblaciones de determinados animales que contribuirán a su degradación.

Además, los investigadores aclaran en el estudio que «a diferencia de los grandes parques norteamericanos o africanos, los parques nacionales europeos son relativamente pequeños, por lo que en ellos influye lo que ocurre fuera de los mismos. De esta forma, la no intervención podría producir el deterioro y la pérdida de los valores naturales y ecológicos por los que el territorio fue declarado parque nacional».

Método de obtención de datos

La información para dicho estudio ha sido recopilada de forma que se han realizado determinadas encuestas vía on-line donde se incluía un experimento de selección. De esta manera, los encuestados, que han sido 190, tenían la posibilidad de expresar sus preferencias acerca de las medidas de control poblacional en relación a la intensidad de los efectos negativos de la sobreabundancia en parques nacionales.

El impacto negativo incluye además efectos en la vegetación, sobre otras especies de fauna silvestre por medio de enfermedades y, además, la transmisión de estas al ganado.

¿Intervención humana para el control?

Otros de los resultados obtenidos en la investigación que ha sido publicada en la revista científica Conservation Biology, representa la preocupación social por el deterioro que puedan presentar los parques nacionales de Monfragüe y de Cabañeros. Allí el incremento de la población de ungulados puede llegar a generar problemas como la desaparición de otras especies de fauna y flora.

De este modo, cabe destacar que a pesar de que el 95% de encuestados afirmaba estar de acuerdo con la intervención para reducir daños, en discrepancia, un 2% de la población afirmaba preferir que no se interviniese, aunque eso suponga una degradación medioambiental.

Con estos resultados de manifiesto, se evidencia que la población es consciente de que hay que gestionar de forma positiva los programas de control de sobreabundancia de ungulados silvestres en los parques nacionales.

¿De qué manera se controlaría?

Esto sí ha sido un motivo que ha generado disputas entre quienes estaban a favor de la intervención. Para estas personas no es fácil determinar las herramientas correctas para llevar a cabo el control que eliminaría los daños consecuentes de la superpoblación.

En los resultados obtenidos se aprecia que, en general, el bienestar social se encuentra mayormente influido por las herramientas empleadas para controlar el crecimiento poblacional, en lugar de estarlo por el impacto medioambiental que supone la sobreabundancia.

Por tanto, las preferencias de control de los encuestados son las intervenciones indirectas para evitar el daño o bien por la intervención directa mediante medidas como la captura de ciervos vivos para el traslado de los mismos a mataderos o cotos de caza.

De este modo, la caza fue la opción menos elegida para llevar a cabo el control de la especie.

En consonancia, un porcentaje curioso de los encuestados no rechazaba el ejercicio de un control letal sobre semejante sobreabundancia de ungulados salvajes cuando los impactos medioambientales y socioeconómicos sean drásticos.

Hay mas aceptabilidad al respecto si los daños influyen de forma severa sobre el ganado o el medio ambiente.

¿No a la caza?

Por tanto, un tema a tratar en la encuesta empleada para el estudio era el uso de la caza para realizar el control mediante cazadores supervisados por agentes medioambientales, siendo esto una opción para financiar las intervenciones.

En este caso, un porcentaje del 66% de la población encuestada se posicionaba a favor de esta opción.

De este modo, los cazadores realizarían una actividad recreativa y para ello, pagarían por practicar la actividad cinegética, estando el coste de control de la población de ungulados reducida por este motivo.

Por otro lado, un 19% de los encuestados rechazaron esta alternativa.

Así, aunque parte de la sociedad se posiciona a favor de la caza recreativa controlada y supervisada como método de control, se ha generado un conflicto social al respecto.

En consecuencia, el conjunto de resultados de este trabajo pone de manifiesto que se trata de una sociedad que apuesta por un control de población en los parques cuando el daño producido sea muy severo para el entorno. Mientras tanto, existen discrepancias en cuanto al método para realizarlo, por lo que a través de este trabajo no se ha podido ofrecer una solución socialmente aceptada en cuanto a las herramientas empleadas para gestionar y controlar.

Comparte este artículo

Publicidad