Caza un corzo con una cuerna extremadamente gruesa en Orense
Crónicas de caza

Caza un corzo con una cuerna extremadamente gruesa en Orense

El impresionante ejemplar ha sido abatido por un apasionado a la caza del corzo con más de 25 años de experiencia. Según el cazador, se trata de «un macho con un trofeo excepcional teniendo en cuenta que ha sido abatido en Galicia. Con una puntuación muy superior a los dos animales oro que he cazado a lo largo de mi trayectoria cinegética».


Óscar Garriga, gestor de la orgánica de caza gallega Monteros Galaicos ha sido el afortunado que ha logrado hacerse con este excepcional trofeo. Las modalidades que practica la orgánica son la montería y la batida de jabalíes y corzos. El cazador ha plasmado sus conocimientos y experiencias en la caza del corzo en el libro Los corzos de mi pueblo.

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Óscar Garriga nos muestra el impresionante troeo del corzo abatido. A la derecha, el corzo medalla de oro abatido anteriormente por el cazador y que sirve para comparar el tamaño de ambos ejemplares.

Un rececho complicado en los montes gallegos

Entre los ejemplares cazados por Óscar se encuentran dos corzos con medalla de oro abatidos en Galicia. El macho cazado el domingo en un acotado del suroeste de Orense es el de mayor puntuación que ha abatido el gallego. El coto donde se realizó el rececho estaba compuesto por robledales y prados. Tras un aciago día de caza el sábado en el que no logró ver ningún corzo en los pastos decidió cambiar de estrategia de caza el domingo. Su experiencia le decía que los pequeños ungulados debían de encontrarse en las zonas de monte más apretadas, linderas con los robledales.

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Óscar nos envía esta imagen para comparar el corzo recién abatido con otro medalla de oro. Muy largo y grueso, con precioso perlado, grandes luchaderas… Así es el trofeo de este gran corzo.

Un trofeo grueso, largo, con luchaderas impresionantes…

El cazador no se equivocó, ya que en su primera aproximación a una de estas manchas localizó un corzo con un buen trofeo bajo un roble. Lo derribó de un certero disparo de su rifle Blaser R93 del calibre 7mm RM. No se percató del tamaño real del trofeo hasta que recorrió los 110 metros que le separaban del macho. Sabía que tenía una cuerna de gran tamaño, pero no de estas dimensiones.

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El corzo no solo destaca por su grosor, también lo hace por su longitud, sus largas luchaderas, las siete puntas que presenta, la anchura de las rosetas y su abundante perlado. Las marcas de su cuerna delatan que es el ejemplar dominante de la zona. Ha tenido lidiar más de una batalla para defender su territorio.

 


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